El estudio dirigido por la profesora honorífica de la Universidad Complutense, Dª María Teresa López López, ha sido realizado, con financiación del Gobierno de España y la ONG Acción Familiar, por la Unidad de Investigación y Estudios de Familia de Acción Familiar y el Grupo UCM de investigación «Políticas de Familia» de la Universidad Complutense de Madrid, con la colaboración de profesores de la Universidad de Sevilla.
El estudio fue presentado por la Fundación Promoción Social, a través del Observatorio MEI, en el marco de la 63ª Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (2019) de Naciones Unidas (CSW63) mediante la organización de una Mesa redonda con idéntico título en el Instituto Cervantes de Nueva York el 11 de marzo de 2019.
El estudio, combinando distintas fuentes estadísticas oficiales, ha cuantificado la evolución reciente de las distintas brechas de género en el mercado laboral (salarial, participación, empleo, paro), ha analizado la sensibilidad de estas brechas ante factores como la edad, el nivel educativo o la situación familiar, y ha llevado a cabo un análisis empírico de la penalización salarial por maternidad en el mercado laboral español.
Las principales conclusiones del estudio son las siguientes:
- Tener descendientes condiciona de forma significativa la senda salarial esperada, tanto para mujeres como para hombres. Para ellas, el impacto es negativo hasta los 42-43 años, coincidiendo con su edad fértil.
- En términos de salario bruto, el impacto marginal negativo estimado de tener descendientes para una mujer de 30 años es de aproximadamente 5 mil euros, mientras que para los hombres gira en torno a 1.500 euros.
- Dentro de cada grupo de edad, las mujeres con hijos ven aumentado su salario en menor cuantía que aquellas que no lo tienen.
- La mayor penalización salarial por maternidad se registra entre los 25 y los 34 años de edad.
- Se observa que las mujeres con edades entre 16 y 34 años que tienen hijos ven aumentar sus posibilidades de entrar en desempleo de forma notable.
El ser madre no puede ser un impedimento para trabajar a igualdad de condiciones que el resto de trabajadores en el mercado de trabajo español, pero este logro no puede tampoco ser un impedimento para ser madre.
Trabajo y familia son dos ámbitos de la vida perfectamente compatibles, no excluyentes, y si existe un conflicto entre ellos quizá sea porque hay algo que no estamos haciendo bien ni como sociedad ni cada uno de nosotros como personas. Por tanto, resulta especialmente necesario, a la hora de tomar medidas que corrijan estas desigualdades, ir más allá de indicadores estrictamente monetarios, o más concretamente salariales.
Estudio: ¿Existe «penalización» por maternidad? Conclusiones