El agua es un bien escaso en Palestina. Una climatología desfavorable, las restricciones impuestas por el gobierno israelí y el mal estado de los acuíferos son las principales causas.
En concreto, Salfit, municipio situado al norte de Cisjordania, sufre una fuerte escasez de agua para uso doméstico y agrícola. Sus recursos hidrológicos dependen en cerca de un 80% de la empresa israelí de aguas Mekorot, y soporta periódicamente cortes en el suministro a consecuencia de las sequías y de una distribución desigual de este bien, que favorece a un número creciente de asentamientos israelíes de los alrededores.
En este contexto, en marzo de 2017, Fundación Promoción Social puso en marcha el proyecto “Mejora de las condiciones de vida de los pequeños agricultores y agricultoras de Salfit, Palestina, a través del derecho al acceso al agua”, cofinanciado por el Ayuntamiento de Madrid, para la rehabilitación de tres manantiales y el caudal de Al Matwi bajo un enfoque medioambientalmente sostenible.
La primera fase de los trabajos de rehabilitación se espera que concluya en octubre. Para entonces, los terrenos de alrededor se habrán limpiado y cercado con un muro de hormigón, con el fin de proteger la zona y evitar la contaminación de los acuíferos provocada por los desperdicios de los agricultores o la corriente de aguas residuales de la vecina colonia israelí de Ariel, como ha venido sucediendo en el pasado, poniendo así en peligro a los consumidores del agua del manantial.
El proyecto tiene además un importante componente que vincula el acceso al agua con la seguridad alimentaria y el empoderamiento de la mujer. En este sentido, el proyecto comprende la realización de cursos de capacitación en huertos urbanos, con el fin de reforzar las capacidades agrícolas. Hasta el momento, han participado en los cursos 40 mujeres que han adquirido conocimientos sobre el cuidado y la preparación de la tierra, plantación de plántulas y semillas, métodos de irrigación adaptados a lugares con escasez de agua, uso de fertilizantes, control de plagas y enfermedades y técnicas de post-recolección para mejorar la calidad de la producción. En una segunda fase, estas mujeres podrán beneficiarse de la instalación de un sistema de riego inteligente en sus huertos, y cultivarlos con diferentes árboles y hortalizas.