El 26 de febrero, el Centro de Estudios de Oriente Medio de la FPSC (CEMOFPSC) organizó el encuentro «El diálogo y la libertad de religión, cincuenta años después de Nostra Aetate». Intervinieron, Mons. Agostino Marchetto, Secretario emérito del Consejo Pontificio Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, y Mustafa Cenap Aydin, Director del Instituto Tevere.
Entre las declaraciones de Mons. Marchetto, destacó que con el Concilio Vaticano II, la Iglesia reconoce el derecho de la persona humana a la libertad religiosa, y esto marca la diferencia con el pasado: no es la Verdad la que tiene derechos, sino la persona humana; por eso su deber y responsabilidad es buscar la Verdad a conciencia. También reconoció que el Concilio Vaticano II con “Nostra Aetate y Dignitatis Humanae” ha generado nuevas ideas, esfuerzos e iniciativas; pero su aplicación requiere tiempo y esfuerzo.
Para la protección de las minorías, cree que ayudaría una mayor secularización; y también que los musulmanes adoptaran declaraciones y posiciones contra el fundamentalismo.
Aydi, por su parte, afirmó que “Notra Aetate” es un documento importante para la reconciliación: cristianos y musulmanes deben trabajar juntos y comunicarse por el bien de todos los hombres.
También destacó el hecho de que en el Corán no hay coacción en la religión. El fundamentalismo es una realidad externa a la propia naturaleza de la religión. El Estado islámico (Califato) no es el Islam, ya que éste no impone una forma de Estado.
Asimismo llamó la atención en cuanto a que en Europa, el Islam no está protegido; se levantan mezquitas improvisadas en lugares como garajes y sótanos; y cualquiera puede declararse Imam, algo que en los países musulmanes esto no es posible.
Por último recordó que el terrorismo es principalmente contra los musulmanes: ISIS cobra más víctimas entre los musulmanes, aunque en Europa se hable con razón de la persecución de los cristianos.