El 4 de diciembre del año 2000 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptaba la resolución 55/76, en la que declaraba el 20 de junio Día Mundial del Refugiado, haciéndolo coincidir así con el aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
En junio de 2016, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR lanzó la campaña #ConLosRefugiados para pedir a los gobiernos que colaboraran y cumplieran con su deber en relación a los millones de personas que se encuentran en esta situación.
En el Día Mundial del Refugiado, que se celebra cada 20 de junio, la FPSC se une al deseo mundial de conmemorar su fuerza, valor y perseverancia y de mostrar su apoyo a las familias que se han visto obligadas a huir.
En la actualidad el compromiso de FPSC con los refugiados se materializa en Jordania (en los campos de Za’atari y Azraq) y en comunidades de acogida de Líbano. Ambos países son receptores de miles de personas que huyen del conflicto que se inició en Siria en el año 2011.
Con el triple objetivo de salvar vidas, aliviar el sufrimiento y salvaguardar la dignidad humana, las acciones de Ayuda Humanitaria de la FPSC se dirigen principalmente a los colectivos más vulnerables, menores, personas con discapacidad, ancianos, mujeres y minorías, por ser quienes padecen con más rigor las consecuencias de los conflictos armados. Esta actividad, actualmente, se sostiene con la ayuda económica de diversas instituciones (Fundación Nando y Elsa Peretti, Fundación MAPFRE, Gobierno de La Rioja, Kaipacha Inti y Lebanon Humanitarian Fund de OCHA) y fondos privados de la FPSC, provenientes de su campaña “Siria: Llamada de emergencia”.
En Líbano, se trabaja en beneficio de la población siria refugiada y la población libanesa residente en las comunidades de acogida, mediante dos líneas de actuación. La primera de ellas tiene como finalidad proporcionar ayuda psicológica, reducir la incidencia de las enfermedades mentales y mejorar la capacitación y coordinación de los actores implicados en la ayuda humanitaria en el marco de los servicios de atención primaria de la sanidad pública libanesa, a través de la implantación de una clínica que presta servicio en todo el valle de la Bekaa.
De otra parte, se procura el fortalecimiento de una red solidaria, social, sostenible e innovadora de productos de segunda mano para tratar de paliar las condiciones de pobreza en la que se encuentra este colectivo y parte de la población de acogida libanesa.
En Jordania, la actividad humanitaria de la FPSC prioriza a los refugiados con discapacidad, con especial atención a mujeres y niños, a través de la atención médica personalizada, distribución y mantenimiento de las ayudas para la movilidad (desde bastones y muletas hasta sillas de ruedas y dispositivos ortopédicos); las actividades inclusivas; y la sensibilización acerca de la realidad y los derechos de las personas con discapacidad.
Por otro lado, desde el 2014, la FPSC tiene abierta su campaña permanente “Irak: un grito de aliento”. Los fondos obtenidos mediante esta campaña se destinan a cubrir bienes de primera necesidad; comprar medicinas para proveer el ambulatorio; y dar respuesta a otras necesidades en el campo de refugiados Virgen María de Bagdad, que alberga a más de 130 familias desplazadas en Irak.