Al recibir esta mañana la noticia del fallecimiento de Cuca Blanc, acuden a mi memoria muchos recuerdos agradecidos. Y entre ellos, la “letra” de una vieja “sevillana” que dice así: algo se muere en el alma cuando un amigo se va…
Siento pena por la marcha de Cuca: una amiga buena, cariñosa y amable que con su actitud y sus obras y, finalmente, con su mirada (ya no podía expresarse de otra forma) alegre, profunda e intensamente azul te transmitía acogida, cariño y agradecimiento por ir a visitarla, o por el sencillo regalo que le llevaba en nombre de la Fundación Promoción Social de la Cultura, de la que ella fue Patrono Fundador y miembro de su primer Patronato allá por 1987.
Cuca ha sido una mujer ejemplar. Amable y cariñosa con todos. Transmitía a su alrededor paz y serenidad. Su bondad y su elegante intuición le conducían a pensar siempre en los demás: en José, su esposo, su familia, sus vecinos… y sus muchos amigos.
Muchas personas en la Fundación dan testimonio de ello. Pienso en particular en Macarena, hoy Patrono y Directora del Departamento de cooperación, quien recibió las atenciones de Cuca en la primera etapa y andadura de la Fundación.
Mi recuerdo agradecido se concentra en su capacidad de aunar esfuerzos, junto con José y las personas que iniciaron la FPS, para dar vida a una institución que a lo largo de estos años ha trabajado, y trabaja, con el objetivo a ayudar a las personas, en particular las más necesitadas y vulnerables, a lograr mayores niveles de formación y capacitación para alcanzar mejores niveles de libertad y desarrollo social. Sin exclusiones, con apertura y respeto a todos, en un esfuerzo constante por su dignidad, dando prioridad, porque las circunstancias lo requerían, a la capacitación de mujeres.
Su contribución tan eficaz en los primeros años resultó una ayuda enorme para José y para todos. De forma callada y amable impulsaba la búsqueda de recursos para ir fortaleciendo la institución.
Su alegría fue grande cuando tuvo ocasión de visitar algunos proyectos de la FPS en Oriente Medio o cuando compartió jornadas de trabajo y de sensibilización con mujeres rurales llegadas de Marruecos o de A. Latina.
Hoy, solo tengo palabras de agradecimiento para esta gran amiga.
Dios, le habrá pagado, junto a José, su generosa disponibilidad y ayuda. Su generosa vida.
A nosotros, nos queda su ejemplo. Las personas se marchan, las instituciones permanecen. Deseo que estas palabras sean un recuerdo agradecido a José y a Cuca y un ejemplo para todos.
Madrid, 17 de marzo de 2024.
Teresa María Pérez Payán
Patrono de la FPS