El pasado viernes 13 de enero Pascale Warda visitó nuestra sede en Madrid para compartir con nosotros su visión acerca de la situación de su país y los principales retos a los que se enfrenta en la actualidad.
Junto al personal de la FPSC, participó en el encuentro Rafael Palomino, Catedrático de Derecho Eclesiástico de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
Pascale Warda fue ministra de Inmigración y Refugiados en el Gobierno interino de Irak tras la guerra de 2003. Profesa la religión católica y es una tenaz defensora de los derechos de las minorías en su país.
Su relación con la fundación viene de atrás. Participó como ponente en La Mesa Redonda “Nuevos horizontes de diálogo en Oriente Medio mediante proyectos sociales de carácter interreligioso” el 27 de noviembre de 2014 en la Sala Aldo Moro del Congreso de los Diputados italiano, organizada por el Centro de Estudios de Oriente Medio de la FPSC. Con motivo de una visita breve a nuestro país en febrero de 2015, a petición suya, la fundación organizó, junto con Ayuda a la Iglesia Necesitada, en sede de ésta última, un encuentro con prensa para sensibilizar acerca de la situación de los cristianos en su país.
A lo largo del encuentro, se refirió a la posición de la mujer en la sociedad Iraquí. Comentó que en el primer Gobierno de 2003 fueron nombradas seis ministras, hoy en día sólo hay dos ministras en el gobierno. El papel de la mujer es fundamental en la mejora de las condiciones de la sociedad Iraquí. ¡Somos más de la mitad de la población! apuntó.
Respecto de la situación de Irak, manifestó que vive una situación de inseguridad. En el Norte, donde se dice que está liberado de ISIS, la población tiene miedo. Recientemente un atacante suicida entró en los dormitorios destinados a estudiantes cristianos y yazidíes de la universidad de Kirkuk, cuyas familias fueron acogidas en Erbil por el desplazamiento forzoso al que se vieron avocadas para huir del genocidio de ISIS contra ellos. Nadie resultó herido, los estudiantes le reconocieron y salieron huyendo.
¿Qué puede hacer Europa? Irak es un país destrozado, que fue un imperio, con una rica cultura y una larga tradición. Las excavaciones de Hira descubiertas en el lugar donde se construía el aeropuerto de Najaf demuestran la importancia cultural del país y la presencia cristiana. Estos edificios civiles e iglesias cristianas son suntuosos. Ésta es la premisa para afirmar que lo que está ocurriendo en Irak podría estar ocurriendo en cualquier otro lugar del mundo. Irak tiene materias primas y unas condiciones geográficas y climáticas que le podrían permitir tener un buen nivel de vida. Pascale Warda señala que Irak está sufriendo una guerra que “también es europea”.
Europa tiene que estar informada de lo que está pasando, cumplir con sus obligaciones. Europa tiene que potenciar lo bueno que tiene la religión cristiana, sobre todo lo que tiene que ver con el perdón y su cultura de la paz.
Ante la diversidad cultural y a pesar de la dificultad que viven las minorías, especialmente la cristiana, comentó la idea de que “todos somos distintos y cada uno tenemos nuestro lugar, pero lo más importante restablecer el diálogo para superar las diferencias y las situaciones conflictivas. La solución pasa por la educación”.
Expuso la idea de que Europa debe defender su cultura, sus raíces, sus tradiciones y subrayó la importancia del rechazo a los terroristas, no a los musulmanes. El terrorismo es el enemigo a combatir.
A pesar de la grave situación Pascale Warda terminó con unas palabras esperanzadoras; Irak es una gran nación, con un gran potencial económico, cultural, empresarial, tenemos que superar esta etapa. El futuro es prometedor.