A lo largo de este último año, 225 mujeres bolivianas indígenas de ascendencia aimara han tenido la oportunidad de formarse como técnicas de cocina y hostelería y, así, contar con la capacitación necesaria para poder acceder a un puesto de trabajo o al autoempleo en condiciones de igualdad de género y seguridad. Cabe destacar que, con su esfuerzo y dedicación al prepararse profesionalmente a través de este programa, estas mujeres tendrán la capacidad de afrontar y superar cualquier barrera laboral discriminatoria con la que se puedan topar, poniendo en valor, además, el patrimonio cultural inmaterial que aportan debido a su ascendencia aimara.
Esto ha sido posible gracias a su participación en un programa de formación profesional técnica-dual que se ha desarrollado en el marco del proyecto que hemos ejecutado en Bolivia, en colaboración con el Instituto Técnico CEFIM y con la financiación de la Comunidad de Madrid, y que ha finalizado el pasado 31 de enero.
Gracias a esta iniciativa, estas mujeres han adquirido las competencias y habilidades básicas y profesionales para participar en el mercado laboral a través del acceso a un puesto de trabajo o emprendiendo su propio negocio. Además, con este proyecto se ha establecido una red de apoyo a las participantes a través de alianzas con empresas, así como también se ha trabajado en la mejora de la calidad formativa orientada al empleo y al emprendimiento a través de la capacitación de los responsables de esta formación técnico-dual.
Durante su visita a Bolivia el pasado mes de enero, nuestro técnico de proyectos, Iván Aznar, ha podido conocer personalmente a las participantes y asistir a algunas de las actividades organizadas y celebradas en el marco del cierre de este proyecto.
Una de las más significativas ha sido su visita a la comunidad de Ñuñu Mayani, originaria del municipio de Mecapaca. Sus habitantes, de etnia y lengua aimara, han participado en este proyecto trasmitiendo sus conocimientos, técnicas y cultura gastronómicos a las estudiantes del programa, quienes han tenido la oportunidad de ampliar sus conocimientos culinarios integrando su saber tradicional. Con esta colaboración, ha sido posible reforzar y empoderar su identidad cultural e incorporar los saberes ancestrales de las aimaras en el quehacer profesional de las estudiantes. Cabe señalar que, en su mayoría, estas jóvenes alumnas pertenecen a comunidades rurales que migran para asentarse en zonas periurbanas de La Paz.
Por otra parte, a través de este contacto entre las estudiantes y las comunidades aimaras, se espera promocionar los productos locales de estas zonas rurales, incorporándolos a las recetas y garantizando una conexión directa entre las productoras campesinas y las futuras profesionales que trabajarán en La Paz. Sin duda, se trata de una acción clave para ayudar a visibilizar el papel fundamental que desempeñan las mujeres campesinas en relación con la seguridad alimentaria, así como para reforzar los lazos establecidos entre las jóvenes migrantes y sus comunidades de origen.
En este viaje a Bolivia, Iván también ha tenido ocasión participar en una reunión con algunas estudiantes de la formación profesional técnica-dual y con emprendedoras que han participado en un programa de capacitación Get Ahead avalado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que son facilitadoras de coaching. Estas, han acompañado y apoyado a emprendedoras con bajos ingresos a preparar sus planes de negocio y ponerlos en marcha.
Finalmente, Iván también ha podido visitar una panadería y pastelería que han establecido 15 mujeres pertenecientes a la Asociación Virgen Milagrosa en El Alto, en el Área metropolitana de La Paz. Estas mujeres, también capacitadas gracias al programa Get Ahead en el marco de nuestro proyecto, han adquirido unas nociones básicas sobre desarrollo de productos, contabilidad, planes de negocio, cálculo de costes de producción y logística, etc. que les han permitido emprender su propio negocio. La generación de ingresos a través del autoempleo tiene un impacto directo en la autonomía económica de estas mujeres, así como en su empoderamiento a la hora de tomar decisiones y en la visibilidad pública de su trabajo y de su contribución a la sociedad boliviana. Por otra parte, esta oportunidad les permite contribuir a la mejora de la economía familiar y de la calidad de vida en sus hogares, facilitando el acceso de todos los miembros de la familia a una mejor alimentación y educación.
