Este proyecto, identificado antes del levantamiento popular sirio del 15 de marzo de 2011, pretendió paliar los efectos de la guerra para las familias iraquíes que tuvieron que refugiarse en Siria huyendo de la guerra en su país.
El proyecto ha tenido dos componentes: primero, la atención primaria y especializada de salud, el apoyo psicosocial, así como la distribución de productos de uso doméstico y ropa para mejorar la calidad de vida del colectivo de refugiados iraquíes y de desplazados sirios; segundo, la enseñanza preescolar y el apoyo escolar a niños y la formación profesional y cursos de idiomas a jóvenes vulnerables iraquíes y sirios.
Como consecuencia del conflicto surgido en Siria, el proyecto hubo de adaptarse a la nueva realidad y centrar la atención sobre la población desplazada siria, con lo que derivó en una acción de Ayuda Humanitaria centrada en la atención a la salud y la distribución de NFI (Non Food Items). La contraparte con quien se han coordinado las acciones ha sido Caritas-Siria.
El año 2013 coincidió con la intensificación del conflicto armado en Siria, incluida Damasco y la zona de implementación del proyecto (Jaramana). Estos acontecimientos, aunque afectaron el ritmo del proyecto, no impidieron que el equipo siguiese desarrollando las actividades. Al contrario, frente al número cada vez más grande de desplazados sirios que llegaban a Damasco, se multiplicó la cantidad de los servicios previstos para los titulares de derechos iraquíes, primero, y sirios, después.