Según estimaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en el país hay cerca de 30.000 niños que pasan en la calle la mayor parte del tiempo. El 37% de esa población está ubicada en Bogotá.
A la zona del proyecto llegan familias, desplazadas por la violencia y el conflicto que sufre el país, sin recursos y sin empleo estable.
El proyecto pretendía atajar esta situación desde diversos frentes. Por una parte, impartir educación y capacitación a las madres para mejorar sus posibilidades de encontrar un empleo, y por otra, impartir un programa de acompañamiento y atención a niños entre 5 y 12 años con actividades de apoyo escolar, deporte, actividades comunitarias, etc. mientras sus madres asisten a los cursos de capacitación.
Más de 300 mujeres participaron en los cursos de Confección y Diseño, Panadería y Repostería y unos 2402 niños se beneficiaron del Comedor escolar en un programa de apoyo nutricional con el objetivo de mejorar su desarrollo físico y psíquico.