El Convenio, desarrollado en consorcio con la ONG Rescate, está orientado a reducir la exposición de las personas y su vulnerabilidad ante los fenómenos extremos relacionados con el clima y otros desastres económicos, sociales y ambientales que conllevan la destrucción de los medios de subsistencia, la inseguridad alimentaria y la desigualdad de género, con el fin de reducir la pobreza en la región.
Se incidirá para ello en:
- Desarrollo rural, seguridad alimentaria y nutrición: Se trabajará para apoyar la restauración de los medios de subsistencia, contribuir a la autosuficiencia y mejorar la resiliencia. De forma concreta, se fortalecerá el uso y distribución de semillas mejoradas y diversificadas, la incorporación de herramientas y equipos agrícolas, la instalación de sistema de irrigación y el refuerzo de las capacidades de la población agrícola y pastoral hacia la implementación climática inteligente y sostenible medioambiental y económicamente.
- Agua (disponibilidad, seguridad y accesibilidad): a los problemas de agua de la región, hay que añadir unas instalaciones de agua y saneamiento totalmente inadecuadas. Por ello, se trabajará en la zona de Fafan en la rehabilitación de pozos no funcionales y la construcción de nuevos sistemas de abastecimiento de agua para usos domésticos y productivos. Además, se mejorará las capacidades de la población mediante la formación, sensibilización y fortalecimiento institucional.
- Medio ambiente y cambio climático: Se desarrollará la capacidad de adaptación y recuperación de la población en sus habilidades para administrar los recursos naturales con acciones como: reducción de riesgos de desastres, adaptación al cambio climático y prevención de la erosión y mejora del suelo; adopción de planes de prevención, rehabilitación y respuesta ante los desastres naturales; rehabilitación de tierras comunales y agrícolas degradadas; y gestión sostenible de los recursos.
- Género: Considerando que los efectos del cambio climático impactan en mayor medida en la vida de las mujeres, en su papel predominante de producción de alimentos y de medios de vida, el convenio trabajará la igualdad de género de forma transversal y sectorial, contribuyendo al empoderamiento de las mujeres en los procesos productivos y toma de decisiones y estableciendo una red de apoyo, prevención y vigilancia contra las violencias machistas en las esferas individuales, sociales y políticas.