Las nuevas enfermedades, como la COVID-19, tienen implicaciones para la seguridad alimentaria y la nutrición, al generar situaciones que merman la capacidad para generar ingresos y, en consecuencia, para adquirir alimentos adecuados. Asimismo, ponen de manifiesto la necesidad urgente de integrar la sostenibilidad en todos los sistemas agrícolas y alimentarios.
Para tratar de darle respuesta, el proyecto ofrecerá capacitación a la población en técnicas agropecuarias sostenibles para la diversificación cultivos con alta demanda comercial y valor nutricional y la crianza de aves ponedoras, además de la puesta en marcha de granjas y parcelas agrícolas. También se fortalecerá el proceso completo de comercialización para mejorar los ingresos. Con ello, se contribuirá a incrementar el acceso y disponibilidad de alimentos nutritivos, diversos y saludables. La creación de acuerdos institucionales es igualmente clave para la sostenibilidad.
Por otra parte, se trabajará en fortalecer capacidades para mejorar la situación nutricional y cubrir todas las necesidades fisiológicas, especialmente de la población infantil. Todo ello, a través de capacitaciones en salud y nutrición y asistencia nutricional, adecuando las dietas alimentarias familiares a las necesidades específicas.
Otro componente del proyecto contempla mejorar las capacidades de la población para manejar sus recursos naturales de manera medioambientalmente sostenible. La capacitación orientada a la práctica fomentará la protección de los recursos de agua y biodiversidad. Entre otros, el uso de abono orgánico enriquecerá el suelo, la diversificación de cultivos mantendrá su fertilidad, el control de malezas se basará en métodos culturales de la población y se realizará un control etológico para controlar las plagas. Todo ello contribuirá a garantizar la seguridad alimentaria ante crisis estacionales como las vinculadas a las condiciones climáticas.
Por último, se trabajará en fortalecer las capacidades organizativas, de coordinación y de participación de los actores involucrados en el proyecto. Se crearán 6 Juntas Directivas que contribuirá a un proceso inclusivo y participativo de mujeres y hombres en la toma de decisiones relacionadas directamente a la comunidad, asumiendo un rol de responsabilidad. Por otro lado, tomarán parte en las reuniones con las autoridades locales, dando voz a la comunidad a través de sus representantes en los mecanismos de rendición de cuentas, que velen por sus intereses y realicen otras propuestas sobre las necesidades identificadas.