El proyecto contempló la construcción en cuatro comunidades de Santa Cruz (Bolivia) de un tanque elevado de hormigón armado (con capacidad de 12.000 o 20.000 litros, según la población de la comunidad), la extensión de una red matriz de distribución y la instalación de tomas de agua domiciliaria en cada una de las viviendas de la comunidad. Los sistemas de agua beneficiaron de forma directa a 3.938 personas de las cuatro comunidades, en su inmensa mayoría de indígenas originarias.
Complementariamente se conformaron cooperativas de agua en cada comunidad que ahora son capaces de autogestionar los sistemas de agua.
Asimismo, se dio formación en este tipo de gestión así como en hábitos de higiene y salud en cada una de las comunidades beneficiarias.