El 16 de octubre es el Día Mundial de la Alimentación, que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) promueve en 2021 bajo el lema “Una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor”.
En el convenio de desarrollo rural que la Fundación Promoción Social desarrolla en Etiopía junto a la ONG Rescate y los socios locales Ethiopian Catholic Church Social and Development Commission (ECC-SDCO)-Harar y Horn of Africa Voluntary Youth Committee (HAVOYOCO), con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), uno de los objetivos principales es incrementar la producción y productividad agrícola y ganadera para mejorar la vida de las comunidades agropastorales. Para ello, y basado en las necesidades locales, se desarrollan un conjunto de actividades que optimicen los sistemas agroalimentarios, traduciéndose en una mejor producción y diversificación de cultivos y una agricultura y ganadería sostenible y resiliente al cambio climático.
El logro de estos objetivos, dado que los ingresos agrícolas y ganaderos son los únicos medios de subsistencia de estas comunidades agropastorales, repercute en una vida mejor para ellas.
En este vídeo, Mohammed y Sofyia, padres de una de las familias que participan en nuestro proyecto, nos hablan de cómo una mejor producción y dieta, un agroecosistema más sostenible y verde y mayores ingresos han mejorado sus vidas y, como afirma Sofyia, les ha permitido mandar sus hijos e hijas al colegio y comprar material escolar.
Esto ha sido posible gracias a la construcción de un pozo por parte de la comunidad, permitiendo el acceso al agua para el consumo humano y a irrigación, y las diversas formaciones y asistencia técnica en una agricultura sostenible y agroforestal. Con ello se han introducido distintos cultivos, árboles frutales y árboles multifuncionales -producidos en el vivero-, y herramientas que han mejorado la nutrición y los ingresos de la familia. Antes solo producían sorgo o maíz de secano. Ahora cultivan tomates, cebolla, pimientos, calabaza y espinacas, así como frutas variadas como la papaya, guayaba, naranja o mango. Además, el sistema de irrigación permite generar alimentos variados durante todo el año.
Tras dos años desde el inicio de las actividades y el establecimiento de la plantación, esta familia dispone de más de 2 hectáreas de terrenos irrigados donde practican una producción diversificada e intercalada. Esto mejora las condiciones del suelo, el microclima, la resiliencia y también la producción a lo largo del año de distintos cultivos y forrajes, haciéndolos menos vulnerables a los efectos extremos del cambio climático.