10 abril, 2024
Cultivar la concha de abanico en Piura (Perú) de forma segura, innovadora, sostenible y competitiva es una realidad hoy para Xavier

Xavier Alarico trabaja como maricultor en la Bahía de Sechura, en el Departamento de Piura (Perú). Él es uno de los 300 maricultores y maricultoras que participan en un proyecto que estamos desarrollando en colaboración con nuestro socio local ESCAES y con la financiación de la AECID, que tiene como fin impulsar el desarrollo económico inclusivo y sostenible de la población de esta región y mejorar la competitividad de la cadena de valor del cultivo de la concha de abanico.

Antes de formar parte en este proyecto, Xavier y sus compañeros y compañeras arriesgaban sus vidas desarrollando su trabajo. “Solíamos buscar semillas en los bancos naturales para trasladaras a nuestras áreas de cultivo, ya que solo realizábamos cultivo de fondo de concha de abanico. Así, siempre estábamos expuestos a problemas de descomprensión por bajar a mucha profundidad”, explica Xavier. Además, recuerda que también asumían otros riesgos, como haber tenido que adquirir un área de cultivo en el mar a un elevado coste, que afectó a su propia economía familiar. Por otra parte, también se refiere a la escasez de semillas y a los fenómenos naturales adversos como elementos que dificultaban la producción de conchas de abanico.

“Sin embargo, nuestra determinación por salir adelante nos llevó a buscar una solución” indica Xavier. Así, decidieron formar la Asociación de Maricultores El Rey, con el objetivo de “adaptarnos para ejercer nuestra actividad de manera más eficiente y sostenible”. Fue así como, juntos, conocieron la labor de ESCAES y encontraron la oportunidad de formar parte de este proyecto.

Precisamente, uno de los componentes clave de esta iniciativa tiene que ver con el impulso de la formación y la innovación con vistas a mejorar la productividad y garantizar la sostenibilidad económica y ambiental de los medios de vida e ingresos económicos de los maricultores.

De esta forma, personas como Xavier tuvieron la oportunidad de recibir una serie de capacitaciones que les han permitido mejorar sus habilidades y conocimientos con respecto a las técnicas de cultivo acuícola. También pudieron participar en un curso para certificarse como buzos y, por otra parte, recibir formación relacionada con la innovación del cultivo suspendido, lo que hoy les permite realizar su actividad sin tener que asumir peligros que pongan en riesgo sus vidas.

“Participar en este proyecto ha marcado un antes y un después en nuestras vidas como maricultores” reconoce Xavier, quien añade que, en el marco de este proyecto, también han recibido equipos, materiales y herramientas que les facilitan su trabajo, entre los que destacan GPS, profundímetros, compresoras, equipos de buceo y redes de plancton, entre otros.

“Estas mejoras no solo repercuten en nuestras vidas de manera individual, sino también en nuestra comunidad y en nuestras familias” indica. “Hemos mejorado nuestros ingresos y generamos fuentes de trabajo para otros miembros de la comunidad, por lo que estamos contribuyendo al desarrollo económico y social de nuestra región de manera sostenible y responsable” concluye Xavier con satisfacción y agradecimiento.

 

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