El 26 de febrero de 2021, en el marco del proyecto «Educar para la Paz» en Líbano, financiado por la Fundación Mondo Unito, se planteó la misma pregunta a 15 alumnos de la escuela Paradis D’Enfants y a 10 alumnos de la escuela pública de Byakout, con edades comprendidas entre los 11 y los 12 años y procedentes de diferentes entornos sociales y religiosos: «¿Qué hace a un buen ciudadano?».
Durante una hora y media, todas sus respuestas tuvieron un punto en común: la aceptación de los demás, la convivencia y la ayuda a las víctimas de la explosión de Beirut proporcionándoles alimentos, ropa y medicamentos.
«Esta flor está enferma porque vive en un entorno insalubre y no tiene agua, pero no se ha rendido como sus amigos, se ha enfrentado a los obstáculos y ha luchado para conseguir un entorno más sano y mejor.» (Mary, alumna de 12 años de la escuela pública de Byakout, tras ver un breve vídeo sobre una flor moribunda que se esfuerza por sobrevivir)
Sus palabras son un rechazo a la realidad que viven, y un sueño sobre «otro» Líbano, un Líbano en el que la corrupción y la falta de justicia sean sustituidas por la bondad y la humanidad.
A través de su inocencia, imaginan más armonía, lo que les lleva a utilizar la misma palabra en todas sus intervenciones; «JUNTOS»; una palabra que los políticos eligieron sustituir por «división», una opción mejor para el poder político.
«No nos llevamos bien, y no podemos ser una comunidad si no empezamos a preocuparnos por los demás» (Nour, alumna de 11 años de la escuela Paradis D’Enfants, cuando se le pidió que describiera su comunidad).
En un país construido sobre el confesionalismo y dictado por las afiliaciones a los partidos políticos, ninguno de los alumnos mencionó la religión, aunque la mayoría de los alumnos de Paradis D’enfants son cristianos y la mayoría de los alumnos procedentes de la escuela pública de Byakout son musulmanes, todos vieron esta sesión como una oportunidad para conocerse, salir de su zona de confort y hacer nuevos amigos.
Se vieron como ciudadanos que tienen lo más importante en común: su amado país Líbano.
El impacto de las sesiones en los estudiantes fue sorprendente.
Han estado en casa desde el comienzo de la pandemia en marzo de 2020. Hace un año, se han visto repentinamente privados de su rutina diaria, de sus amigos, de sus actividades deportivas y de su escuela.
«Nuestra sociedad ha cambiado porque todo lo que nos rodea está cambiando muy rápido, todo se está convirtiendo en virtual, hablamos con nuestros amigos, profesores y familia a través de una pantalla, y ya no se nos permite abrazarnos ni besarnos. Es una situación muy difícil» (RALPH, alumno de 12 años de la escuela Paradis D’enfants)
Este repentino cambio de estilo de vida ha afectado fuertemente a su salud mental, lo que ha provocado sentimientos reprimidos, estrés y rabia que deben ser tratados con urgencia.
Estas sesiones online se han convertido en una importante plataforma de encuentro y expresión para ellos, ya que al conectar con sus profesores y compañeros y conocer nuevas caras recuperan una pequeña parte de su antigua vida.