Desde Fundación Promoción Social, y a través de nuestro Observatorio Mujer e Igualdad (OMEI), nos unimos al resto de agentes sociales en la condena de cualquier tipo de agresión contra las mujeres en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre).
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993 define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”
Este año, Naciones Unidas promueve este día bajo el lema “Pinta el mundo de naranja: ¡Pongamos fin a la violencia contra las mujeres!”. Para las Naciones Unidas, el naranja es el color que representa un futuro libre de violencia contra mujeres y niñas e insta a formar parte del movimiento naranja.
Desde Promoción Social, con ocasión de este día, mantenemos nuestro compromiso de seguir trabajando en favor del cumplimiento del ODS 5 de igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas en todos los países.
Así, actualmente, en Etiopía como en Palestina, y con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Generalitat Valenciana, la lucha contra la violencia de género en el ámbito rural, donde las mujeres son particularmente vulnerables, es una prioridad. Para ello, se promueve su empoderamiento y su participación social, y su acceso a la formación profesional en técnicas agrícolas y a los recursos productivos, como medidas integrales e inclusivas capaces de transformar situaciones dañinas y de riesgo.
En la región Somalí, el convenio en ejecución incluye un componente de formación de mujeres en sus derechos fundamentales con la finalidad de combatir y prevenir la mutilación genital femenina o los matrimonios forzados a edades tempranas, prácticas especialmente arraigadas en la región. Asimismo, en Oromía, se prioriza la participación activa de las mujeres, y uno de sus objetivos es que integren, al menos, 2 grupos productivos en el sector agropecuario en su totalidad.
En Palestina, dada su alta presencia en la mano de obra agrícola, en el marco del convenio que se desarrolla en Cisjordania y Gaza, se fomentan los emprendimientos productivos agrícolas y su comercialización, y la creación de clubes y cooperativas de mujeres. También se incide en cuestiones de sensibilización y concienciación pública sobre igualdad de oportunidades y derechos.
Asimismo, en la Gobernación de Yenín, se promueven los derechos laborales de mujeres rurales, para empoderarlas económicamente, favoreciendo su acceso equitativo al empleo productivo, con un salario digno, en un entorno laboral seguro y con garantía de igualdad de trato, así como su derecho al asociacionismo.
Invertir en igualdad, empoderar y mejorar la autonomía económica de las mujeres rurales en estas regiones, además de favorecer su bienestar, el de sus familias y el de sus comunidades, sin duda contribuye a combatir la violencia contra ellas.