El 10 de diciembre es el Día de los Derechos Humanos, coincidiendo con la fecha en que la Asamblea General adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948, y que este año celebra su 70º aniversario.
Esta declaración proclamó los derechos inalienables inherentes a todos los seres humanos, promoviendo valores de equidad, justicia y dignidad humana. Sin embargo, aún queda camino por recorrer para que los principios que recoge se cumplan plenamente.
Por ello, el trabajo de Promoción Social integra medidas que ayuden a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales buscan poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.
Un ejemplo de ello es el proyecto que Promoción Social desarrolla en la actualidad en Gaza, cuyo objetivo es mejorar la generación de ingresos y capacidad productiva sostenible de pequeños productores y productoras, y en consecuencia también los niveles de seguridad alimentaria.
El artículo 25 de la Declaración de los Derechos Humanos recoge que “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”. De esta forma, el acceso a los recursos naturales, como el acceso a la tierra y al agua, es una condición previa necesaria para alcanzar, entre otros, el derecho a la alimentación, estrechamente relacionado con los estándares de una vida digna.
Así, íntimamente relacionado con el ODS 2: Hambre Cero, el proyecto contempla la promoción de sistemas de explotación agrícola sostenibles, que aumenten la productividad y la producción; y asimismo, el uso de fuentes de riego alternativas, que constituye una de las metas del ODS 6: Agua limpia y saneamiento.
Iniciado en febrero de 2018, hasta la fecha, el proyecto ha rehabilitado 60 dunum para 60 agricultores/as, que incluye la instalación de redes de riego y la dotación de fertilizantes no químicos, semillas y plantas para que puedan ser trabajados. Bajo una metodología empírica, los técnicos de nuestro socio en Gaza, PARC, han realizado visitas de campo para realizar el seguimiento de los procesos de cultivo y las prácticas agrícolas.
De forma complementaria, el proyecto apoya el empoderamiento económico de las mujeres, dada su situación de extrema vulnerabilidad en el contexto gazatí. De esta forma, no solo se favorece la generación de ingresos para la economía familiar, sino también el acceso y control a los recursos económicos, contribuyendo a su fortalecimiento y capacidad para la toma de decisiones. A la fecha, se han apoyado tres modalidades de emprendimiento, promovidas desde un club de mujeres, desde una cooperativa y a nivel familiar. Tras un proceso de selección, adecuado al estudio de mercado, se han desarrollado los planes de negocio, elemento primordial para la puesta en marcha.
En los próximos meses, además de seguir apoyando a los agricultores/as y las mujeres emprendedoras, se va a construir una pequeña planta desalinizadora que contribuya al derecho de acceso al agua, en cuyo diseño se trabaja actualmente. Esta actividad pone de manifiesto el enfoque holístico del proyecto, acercándose al cumplimiento de los derechos humanos a través de diferentes vías complementarias.