15 marzo, 2024
El papel protagonista de la mujer en Oriente Medio para asegurar el trabajo decente y el desarrollo económico sostenible en la región

El pasado 6 de marzo celebramos el Seminario Internacional ‘Trabajo decente y crecimiento económico en Oriente Medio: desafíos y oportunidades’, en la que se dieron cita diversos representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Comisiones Obreras (CCOO) y la ONG AIDA (Ayuda, Intercambio y Desarrollo), así como varios expertos procedentes de diversas organizaciones de países de Oriente Medio. Este encuentro, que tuvo lugar en Casa Árabe, lo organizamos desde la Fundación Promoción Social a través de nuestros Centro de Estudios de Oriente Medio (CEMO) y Observatorio Mujer e Igualdad (OMEI).

Cabe destacar que este Seminario Internacional se celebró en el marco de los días previos al Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) y como evento paralelo a la CSW68, que este año presenta como tema principal «Acelerar el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas abordando la pobreza y el fortalecimiento de las instituciones y la financiación con una perspectiva de género».

Los diferentes ponentes que intervinieron en el Seminario Internacional abordaron el estado del acceso al trabajo como Derecho Humano y también analizaron las metas del ODS 8 (promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos y todas) en Oriente Medio. En concreto, trataron los casos de Palestina, Líbano, Jordania y Egipto, y pusieron el foco en la situación de la población vulnerable en estos países al respecto, entre la que destaca la mujer como una de las principales protagonistas, junto con los jóvenes, los refugiados, las personas con discapacidad y los residentes en zonas rurales.

Carmen Magariños, directora de Cooperación con África y Asia de la AECID, participó en el encuentro y, en su intervención, hizo hincapié en las desigualdades que sufren las mujeres de esta región. En materia de empleo, advirtió que Oriente Medio presenta una de las tasas de desempleo más altas del mundo, siendo especialmente significativo el desempleo femenino, representado en un 90%. En este sentido, subrayó la necesidad de apoyar a las mujeres, ya que esta dificultad de acceder al mercado de trabajo, consecuentemente, imposibilita su integración en las estructuras socioeconómicas de sus países. Según advirtió, esta falta de perspectivas tendría un impacto que va más allá de lo económico y que, por tanto, es crucial abordar. En este contexto, Magariños se refirió al próximo Programa Regional para el Mundo Árabe, que está planteando actualmente la AECID como la nueva herramienta que organizará su trabajo en esta zona y que, según anunció, presentará la igualdad de género y la creación de empleo y oportunidades como dos de sus áreas de intervención básicas.

En la misma línea, Sara López, consejera técnica de la OIT en España, indicó que las mujeres representan uno de los grupos poblacionales más desfavorecidos en relación con el ODS 8. Esta situación de desventaja se observaría con claridad en la brecha de ingresos ya que, según la OIT, las mujeres de la región representan solo un 12,5% de los ingresos totales. Asimismo, Alejandra Ortega, responsable de Países Árabes, África, Asia y OIT en la Secretaría Internacional, Cooperación y Migraciones de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras de España, insistió y aclaró que “trabajo decente significa trabajo para todos y todas”, lo que conlleva intrínsecamente el reconocimiento de una serie de derechos, así como la existencia de salarios y condiciones de trabajo dignos, de una negociación colectiva, y de protección y diálogo sociales. En este sentido, Ortega señaló la igualdad de género como un condicionante clave también para poder hablar de trabajo decente y desarrollo económico en esta región, advirtiendo que la inestabilidad existente en Oriente Medio está impactando negativamente en la agenda de trabajo decente y, por tanto, en el empleo inclusivo.

La mujer en Palestina, Jordania, Líbano y Egipto

Yousef Shalian, director del Centro de Formación Profesional en Beit Hanina de The Lutheran World Federation (LWF) en Jerusalén, presentó el Programa de Formación Profesional de esta organización, mediante el cual ofrecen capacitación profesional a la población joven palestina desde 1949. Así, uno de sus objetivos estratégicos es el impulso del empoderamiento económico de las mujeres palestinas, partiendo de la realidad de que, en 2022, la tasa nacional de participación femenina no superó el 20%. En esta línea, Shalian recordó que la OIT señala que el trabajo decente se debe basar en la igualdad de oportunidades y de trato entre hombres y mujeres, por lo que, el LWF trabaja por brindar oportunidades y herramientas de empoderamiento a hombres y mujeres jóvenes respetando y promoviendo este principio de equidad de género.

Por su parte, Sameer Al Attar, director de Aprendizaje y Oportunidades del Jordan Hashemite Fund for Human Development (JOHUD) en Jordania, se refirió a los desafíos que enfrenta este país para integrar a más mujeres en el mercado laboral. Así, explicó que, en el segundo trimestre de 2023, las mujeres solo representaban un 13,8% de la fuerza laboral del país. Pese a que en Jordania existe paridad en los años de escolaridad, Al Attar advirtió que todavía se da una gran brecha de género en términos de independencia económica, ya que las mujeres ganan solo el 20% de lo que ingresan los hombres. Además, esta situación de desigualdad y desempleo femenino se ha visto agravada con la crisis del Covid-19, por lo que uno de los objetivos estratégicos más importantes para el país y para JOHUD es el empoderamiento de la fuerza laboral femenina.

Desde Líbano, Hiba Fawaz, directora del Programa de Agricultura de la Association for the Development of Rural Capacities (ADR), intervino en el Seminario para presentar el caso de este país, que vive inmerso en una profunda crisis económica desde 2019, agravada por el actual conflicto en su vecina Cisjordania. Entre los objetivos claves de la ADR, Fawaz destacó el apoyo y la capacitación de los grupos poblacionales más vulnerables de Líbano (entre los que destacan las mujeres) a través de la ejecución de proyectos de desarrollo económico y social. En este sentido, añadió que uno de mayores desafíos consiste en superar y derribar las barreras socioculturales que dificultan el empoderamiento de las mujeres, impulsando acciones que favorezcan la creación de empleos por cuenta propia, el aumento de sus ingresos o un mejor conocimiento financiero.

Procedente de Egipto, Emad Gerges, coordinador del Convenio AECID en la Association of Upper Egypt for Education and Development (AUEED), también aportó la visión de su país en este Seminario. Así, reconoció la necesidad de dotar de oportunidades laborales a los jóvenes y las mujeres, especialmente a aquellos que vienen en comunidades pobres y rurales, ya que el trabajo decente es una herramienta clave de acceso para que estas personas puedan vivir una vida digna. Para lograrlo, se refirió al trabajo de la estrategia ‘Egypt Vision 2023’ y de la propia AUEED, que están desarrollando iniciativas enfocadas en la reducción del impacto de la pobreza en mujeres y jóvenes, dotándoles de oportunidades laborales y formación.

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