22 marzo, 2022
En el Día Internacional del Agua subrayamos la necesidad de fortalecer la resiliencia y el acceso al agua de la población en la región somalí (Etiopía) y en Gaza y Cisjordania (Palestina) donde trabajamos

Celebramos el “Día Internacional del Agua”, cuya temática y lema escogido para este año es “las aguas subterráneas, haciendo visible lo invisible”.

En Etiopía, y especialmente en la región Somalí, donde trabajamos en la implementación de un convenio con financiación de AECID, somos conscientes del papel vital de las aguas subterráneas para fortalecer la resiliencia y los medios de vida de las comunidades agro-pastorales somalís.

Las aguas subterráneas tienen una importancia crítica para garantizar el acceso al agua de la población, del ganado, la agricultura, los ecosistemas y la adaptación al cambio climático.

No obstante, la falta de infraestructuras para el aprovechamiento de las aguas subterráneas pone en situación de emergencia a millones de personas en la región.

El Programa Mundial de Alimentos ha lanzado recientemente la advertencia de que el cuerno de África se está enfrentando a sus condiciones más secas desde 1981 – tras tres temporadas consecutivas de lluvias fallidas – y que cuatro millones de somalís tendrán problemas para encontrar comida si las lluvias no se materializan en Abril.

Los impactos del cambio climático, en especial las sequías, se vuelven cada vez más frecuentes y de ahí la importancia de explotar de forma sostenible las aguas subterráneas.

En grandes áreas de la región somalí ha habido falta de lluvias durante tres periodos consecutivos, forzando a las comunidades somalís a desplazarse a otras zonas para sobrevivir, lo que ha generado una crisis humanitaria.

La sequía ha derivado en la falta de acceso a agua potable segura, la gente no puede satisfacer sus necesidades básicas, y el ganado está muriendo. A día de hoy el gobierno estima que han muerto más de 260.000 cabezas de ganado en la región somalí y más de 2 millones están en riesgo.

Según UNICEF, más de 6,8 millones de personas en áreas afectadas por la sequía necesitarán asistencia humanitaria urgente a mediados de 2022. En las zonas afectadas por la sequía en Oromía y Somalia, alrededor de 225.000 niños desnutridos y más de 100 000 mujeres embarazadas y lactantes necesitan apoyo nutricional urgente. La sequía también está afectando al acceso de los niños a la educación, más de 155.000 niños en las tierras bajas de las regiones Somalí y de Oromía han abandonado la escuela para poder ayudar a buscar agua, a menudo recorriendo largas distancias.

Según el informe del Disaster Risk Management, dentro de la región somalí, la región de Fafan, donde implementamos el convenio, desde enero, ha recibido más de 250.000 personas y más de 2 millones de cabezas de ganado de otras zonas de la región somalí.

Estas familias de desplazados han sido acogidos por las comunidades locales: Es uno de los mecanismos tradicionales de las comunidades somalís para afrontar las sequias. Se desplazan con toda la familia y los animales hasta encontrar zonas más favorables y son acogidos por las comunidades locales. De hecho, es de admirar el capital social de los somalís y somalíes y como se ayudan unos a otros en tiempos de crisis.

En Hanchebi, por ejemplo, uno de los kebeles de South Jijiga, donde implementamos el convenio, han recibido más de 360 familias. Estos desplazados provienen de distintos lugares, como Dagahbur y Fiq, a más de 170 km de distancia. Algunos han estado más de 30 días andando hasta llegar e instalarse en Hanchebi. Se han establecido aquí con el beneplácito de las comunidades de acogida debido a la disponibilidad de agua, mejores pastos y disponibilidad de comida de las comunidades locales. La población local según datos proporcionados por el kebele era de 780 familias. Debido a la vulnerabilidad de los desplazados y falta de recursos cada dos hogares han acogido a una de estas familias desplazadas. Durante tres meses han compartido los alimentos, el agua y los pastos para el ganado.

Anteriormente, antes de la implementación de actividades del convenio, este kebele era uno de los más vulnerables del woreda de South Jijiga. No tenían ningún servicio del estado; ningún tipo de infraestructura (carretera o camino) ni colegios, ni puesto de enfermería; carecían de fuente de agua para las comunidades locales.

La población de este kebele dependía de sistemas tradicionales de almacenamiento del agua de la lluvia como los birkas (sistemas de almacenamiento de agua destinados a recolectar agua de lluvia durante la estación lluviosa y almacenarla para su uso durante la estación seca), y se desplazaban a otras zonas para recolectar agua durante la larga estación seca. Pero en la temporada seca, cuando los birkas ya se habían secado, las mujeres y niñas dedicaban más de 5 horas al día para ir a buscar agua a otros lugares distantes.

 

Con una intervención multisectorial, sobre la base de garantizar el acceso al agua mediante la construcción de un pozo de agua de 70 metros de profundidad para garantizar el acceso al agua para consumo humano, al ganado y la introducción de la agricultura y otras actividades como la implantación de medidas de conservación del agua y del suelo, la producción de forrajes y la plantación de árboles multipropósito y frutales para la diversificación de la producción agrícola (promoviendo una diversificación de los medios de vida), se ha fortalecido la resiliencia de estas comunidades y se mejorado sus condiciones de vida.

En total, en el marco del convenio, entre la rehabilitación y construcción de distintos pozos se ha garantizado el acceso al agua para consumo humano, animal y agrícola a más de 1.200 familias. Ahora, con la acogida de desplazados internos, las autoridades locales estiman que 750 familias adicionales se benefician de las fuentes de agua construidas en el marco del convenio.

No obstante, debido al alto número de desplazados y ganado en la zona de Fafan, si la situación no mejora pronto sus lugares de origen y los desplazados no pueden retornar a ellas, se corre el riesgo de que se agoten los recursos existentes de las comunidades de acogida.

El aumento sobre la presión de los recursos, debido al gran número de personas y ganado acogidos, está poniendo en peligro los frágiles medios de vida que dependen en gran medida del ganado y está provocando un empeoramiento de la seguridad alimentaria y la nutrición, al tiempo que erosiona las estrategias de supervivencia de los más vulnerables.

La temporada de lluvias tendría que empezar pronto y si no se consigue producir forrajes y alimentos (debido al alto número de ganado la dificultad de cultivar las tierras es mayor y es posible una intensificación de conflictos entre pastores y agricultores) la resiliencia y logros alcanzados por las comunidades locales se verá amenazada.

En Palestina el agua es un bien muy escaso, fuente de conflicto, a pesar de que la agricultura es un sector crucial para la subsistencia de millones de familias.

La falta de tierras fértiles y la escasez de agua para el riego siguen siendo una limitación importante a la que los agricultores deben hacer frente, mermando significativamente sus medios de vida y dejando a muchas familias sin acceso a un trabajo digno.

En el convenio, financiado por AECID, que la Fundación desarrolla en Palestina, los beneficiarios ven aumentada la disponibilidad de los recursos naturales, tierra y agua.

De cara a la mejora de la gestión eficiente de los recursos hídricos se realiza la adecuación de cisternas de recolección de agua de lluvia, la rehabilitación de manantiales y albercas, y la instalación y rehabilitación de sistemas de riego por goteo, basados en la eficiencia.

El acuífero costero es la fuente de agua principal de los dos millones de habitantes de Gaza (Palestina), la extracción excesiva está agotando los recursos hídricos a un ritmo imparable, y se están estudiando propuestas de soluciones sobre cómo utilizar esa agua de lluvia para la “recarga” del acuífero.

En el marco de nuestro convenio, en Gaza, se ha procedido a la construcción de 4 piscinas de tierra para apoyar la gestión sostenible de las aguas subterráneas, para beneficiar a 20 agricultores, con capacidad de agua de 300 m3. Durante los 2 últimos años, la cantidad total de almacenamiento de agua fue de 10800 m3.

 

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