30 septiembre, 2011
Finaliza con éxito el proyecto de apoyo a jóvenes y mujeres pobres de una zona marginal de Lima financiado por la Fundación Reina Sofía


El pasado 30 de junio finalizó el proyecto “Apoyo a jóvenes y mujeres pobres de zona marginal de Lima” financiado por la Fundación Reina Sofía en Perú con el socio local ADEFI.

El proyecto se desarrolló en el Cono Norte de Lima; zona en expansión y lugar de destino de las corrientes migratorias del interior del país.

Ha tenido una duración de 3 años y ha beneficiado 1.450 mujeres y jóvenes.

 

El programa se ha dirigido a la capacitación de jóvenes -mediante la realización de cursos de formación profesional en las áreas y sectores más demandados- y a la capacitación nutricional de las madres de familia que regentan los comedores populares, con el objetivo de lograr mayor calidad y eficiencia de los mismos.


Elvia García Pérez, beneficiaria del proyecto y madre de familia del asentamiento humano Señor de los Milagros, nos cuenta cómo es un día de una madre de familia del Comedor Popular Valle Yung. Tiene 4 hijos de 10, 9, 6 y 4 años de edad. Nos cuenta su historia….

“Me levanto a las 4:30 de la mañana para preparar el desayuno en el Vaso de Leche que funciona en la comunidad, a las 6:30 terminamos de repartir los desayunos y preparo a mis niños para que vayan al colegio, 3 están estudiando y el más pequeño se queda con su papá que está descansando porque él trabaja haciendo limpieza en un centro educativo de 1:00 de la tarde a 12:00 de la noche.

Los días que tengo “turno” para cocinar, después de dejar a mis hijos en el colegio, voy al mercado a hacer las compras para preparar en el comedor (pollo, verduras, papas, etc.).  A las 9:00 de la mañana empezamos a cocinar y ahora lo hacemos con más rapidez con la cocina que nos han regalado porque las hornillas dan buen fuego.  A las 12:30 terminamos de repartir los almuerzos y recibimos los pedidos para el día siguiente, que se pagan por adelantado pues con esa plata hacemos las compras, la gente está más contenta porque tenemos variedad en el menú con lo que hemos aprendido en las clases de nutrición. Es más fácil hacer la limpieza del comedor con el piso nuevo que tenemos, a eso de la 1:00 pm que terminamos me voy a mi casa para atender a mis niños que llegan del colegio acompañados de su hermano mayor, llevando 4 raciones que me han entregado de manera gratuita por haber cocinado y las compartimos toda la familia.

Por la tarde trabajo en mi casa tejiendo chompas o lavando ropa de otras personas, y ayudo a mis hijos con sus tareas escolares. A las 6:30 de la tarde les doy su última comida que es leche con avena y pan con mantequilla y los acuesto a eso de las 8:00 de la noche. Después de preparar sus uniformes y asear mi casa me acuesto, ya son las 10:00 de la noche. Los sábados apoyo en la limpieza del colegio donde estudian mis hijos.

Mi esposo gana S/. 550 al mes (203 dólares) que no alcanza para todos los gastos de la casa: pasajes, útiles escolares, ropa, medicinas, alimentación los días que no cocino en el comedor,….. por eso mi participación en el vaso de leche y comedor es muy importante porque asegura la alimentación de la familia. Los días que no cocino en el Comedor compramos las cuatro raciones a S/. 1.50 cada una. A pesar de todas las dificultades que pasamos, estoy muy contenta porque no sólo apoyo a mi familia, sino que ese arduo trabajo también  beneficia a las familias de mis vecinos”.


Además, se ha contribuido a la construcción de un Centro de Capacitación Profesional y a la rehabilitación y equipamiento de 6 Comedores populares.

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