En noviembre finaliza este proyecto ejecutado junto con nuestro socio local “Escuela Campesina de Educación y Salud” (ESCAES) y cofinanciado por la Comunidad de Madrid.
Rossy Morales es miembro de una de las quince asociaciones de pescadores artesanales extractores de marisco, de la provincia de Sechura (Perú), que han mejorado la gestión del sistema productivo y aplicado eficientes técnicas en el cultivo integral de concha de abanico (Argopecten purpuratus).
Según ella, el proyecto,
Nos ha servido para aprender a tomar precauciones a través del monitoreo ambiental y biológico frente a cualquier fenómeno natural que pueda acontecer.
También podemos hacer el cultivo de otras especies como la almeja fina.
Este proyecto tenía como prioridad poner en marcha estrategias integrales que ayudasen a los pescadores, pescadoras, maricultores y maricultoras de la Bahía de Sechura a mejorar los procesos productivos y la diversificación.
De esta forma, con la introducción del cultivo en suspendido, gracias a las herramientas y equipos adecuados, se elimina el desafío y peligro de bucear en el fondo marino a profundidades no permitidas. Con esta técnica se ha formado a maricultores del litoral de Sechura en el cultivo de la concha de abanico (Argopecten purpuratus).
70 buzos cuentan con la Certificación de Buzo Artesanal previa capacitación en técnicas de buceo y conocimiento de las normas vigentes.
Asimismo, se ha promovido una mayor participación e inclusión de las mujeres en términos de igualdad en todos los procesos productivos y socio-políticos locales, constituyéndose en lideresas de desarrollo social y económico de su sector. Así, el 7 % de las mujeres participantes en el programa asumen cargos directivos en las asociaciones de pescadores maricultores y maricultoras; es notorio que aún es incipiente que las mujeres asuman cargos de dirección en las asociaciones mixtas participantes en el proyecto, pero es un avance importante.
El proyecto también tenía como objetivo hacer frente a los desafíos de los desastres naturales y el cambio climático. Se ha asegurado una producción maricultora responsable y sostenible con el medio ambiente, y los miembros de las asociaciones de maricultores y maricultoras han participado en campañas de recogida de residuos sólidos y han puesto en práctica conocimientos adquiridos sobre la protección del medio ambiente marino.