Desde Fundación Promoción Social, y también a través de nuestro Observatorio “Mujer e Igualdad” (OMEI), nos unimos al resto de agentes sociales en la condena de cualquier tipo de agresión contra las mujeres en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y mantenemos nuestro compromiso en trabajar a favor del cumplimiento del ODS 5 de igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas en todos los países.
Existen lacras que todavía persisten en la sociedad actual. Si bien muchas de ellas se han conseguido mitigar, no por ello han desaparecido completamente. Entre ellas están: el fin de la discriminación, la eliminación de la violencia de género, la supresión de las prácticas nocivas (matrimonio infantil, mutilación femenina, etc.), el reconocimiento del trabajo ejercido por las mujeres y muchas veces no remunerado y la igualdad de oportunidades.
En países en desarrollo, en contexto COVID-19 y en el ámbito rural el problema de la violencia contra las mujeres se recrudece.
Como comenta Maram Zatara, responsable de incidencia en el Centro de mujeres para apoyo y consejo legal (WCLAC), a la Coordinadora de ONGD de España, todas las formas de violencia de género han aumentado en Palestina.
Denuncia el aumento de la violencia que sufren las mujeres en sus propios hogares.
Los efectos del COVID-19 en Palestina implican un impacto negativo sobre la población a todos los niveles, que se suma a una crisis humanitaria indefinida y pre-existente, con problemas como el bloqueo de Gaza, la ocupación israelí o la lucha entre facciones palestinas, y crea nuevas necesidades y desigualdades psicosociales, económicas y políticas.
Estas realidades ya configuran la dinámica de género y las relaciones comunitarias en Cisjordania y Gaza, en las que las mujeres, las niñas y los niños son comparativamente más vulnerables. Además, las relaciones desiguales entre hombres y mujeres en el territorio palestino siguen reforzándose debido a la actual ocupación israelí, las normas sociales culturales y el deterioro de la realidad sociopolítica y económica.
En el marco de nuestro convenio en Palestina, financiado por AECID y en los lugares en los que trabajamos en la Franja de Gaza y Cisjordania, somos testigos de las dificultades por las que atraviesan nuestras titulares de derechos.
Se necesita un empoderamiento efectivo, con un enfoque de derechos, que directamente incida en la prevención de la violencia.
Promovemos el empoderamiento y autonomía de las mujeres palestinas del ámbito rural, titulares de derechos de nuestro convenio, mediante su accesibilidad a los recursos naturales, a la producción y técnicas agrícolas.
En Khan Yunis (Gaza), una de las titulares de derechos, Hanadi Elmasry, a través de su capacitación, ha mejorado su producción y la comercialización de sus productos, generando suficientes ingresos para el sostenimiento de su familia. Adicionalmente, ha mejorado otros aspectos como su relación con los socios de su cooperativa y su formación en Derechos.
Asimismo el convenio apoya, a través de nuestro socio local RWDS la creación clubes y de cooperativas de mujeres.
Es necesaria una respuesta ante el hecho del aumento de la violencia contra las mujeres en Palestina. Para ello en el marco del convenio se desarrollan actividades de sensibilización y concienciación pública sobre igualdad de género y acceso a derechos.
El pasado martes 10 de noviembre, nuestro socio Rural Women’s Development Society realizó un taller sobre la Ley del Estatuto Personal, dirigido por la abogada Sajda Daoud, en el que participaron 15 mujeres de Beit Forik en Cisjordania.