28 noviembre, 2008
IV sesión del Seminario: Instituciones Políticas y Promoción humana. La perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia

 

El pasado 27 de noviembre tuvo lugar la IV sesión del Seminario «Istituzioni politiche e Promozione umana: la prospettiva della Dottrina Sociale della Chiesa» en la Universidad Roma III (Italia). Un seminario patrocinado por la Fundación Promoción Social de la Cultura que contó con la presencia del Prefecto de Roma, D. Carlo Mosca, y el Dr. Franco Pittau, coordinador del Dossier estadístico sobre Inmigración de Cáritas/Migrantes.
¿Cómo saber si un inmigrante está integrado?, ¿qué métodos aplicar para realizar estadísticas de una realidad bastante nueva en el panorama europeo?, ¿cuáles son las cifras del dossier anual de Cáritas Migrantes?, ¿cuáles son los métodos empleados que suelen ser más reales que los del Instituto Nacional de Estadísticas?
Éstos son algunos de los temas tratados por el Dr. Franco Pitau, el número uno del centro que elabora el dossier anual y que llevaron al problema de fondo, la inmigración desde la perspectiva de la persona humana.
Hace un siglo 28 millones de italianos emigraron por todo el mundo, hoy han llegado a Italia más de cuatro millones de inmigrantes; rumanos, albaneses, chinos, sudamericanos, paquistaníes y de otros tantos países, que hablan idiomas distintos, tienen distinto color de la piel, pero con un mismo denominador común, el de ser personas.
Los inmigrantes tienen una edad media de entre 18 y 45 años. Son fuerza trabajo en un país como Italia en el que la natalidad es baja y el número de ancianos elevado.
Cabría destacar que de los 120 mil italianos que actualmente están en Italia, muchos son extranjeros que adquirieron la nacionalidad en el Bel Paese, aunque a muchos les gustó más el la península ibérica.
Un dato interesante es que cada año 600 mil inmigrantes adquieren la condición de comunitarios, unos 6 millones cada década. Otro número importante es que al menos la mitad de ellos ya residen de modo definitivo en el país en donde trabajan, considerándose nuevos ciudadanos.
Por su parte el Prefecto de Roma, D. Carlo Mosca, habló sobre la inmigración, la diversidad y la solidaridad, en particular sobre caso de los gitanos. A propósito de la toma de huellas digitales a los niños rom, medida controvertida que dividió a la mayoría de Gobierno, Mosca recordó su oposición: «lo que significa asumir las propias responsabilidades y pagar si es necesario». En este momento el auditorio aplaudió porque sabía que ese día, Mosca cesaba en su cargo por su actitud.
El Prefecto recordó que “en Italia hay 120 mil gitanos y que el 41 por ciento de ellos – rom y sint – nacieron en el país, la mitad son niños y el 50 por ciento no están vacunados, por lo que no pueden asistir al colegio». Comentó otros casos que conocía de primera mano «sobre el deterioro ambiental de los asentamientos legales de los gitanos. Y aquí se llegó nuevamente a los principios de la doctrina social católica, en particular a la solidaridad y a la centralidad de la persona humana, y por ello «a la necesidad de otorgar condiciones básicas como agua, luz, baños, que les permitan vivir con dignidad dentro de su sistema de vida pobre» y al que desee «coger el ascensor social». Dejó claro que esto no niega que haya entre ellos delincuentes, como entre nosotros etc. Pero que en un país en donde existe libertad, si alguien quiere vivir teniendo muchos hijos, con un estilo de vida como el de ellos, respetando las leyes, nadie se lo puede impedir.
«En toda ciudad – concluyo Mosca – hay otras ciudades, e incluso la ciudad de los que se prefería que no existieran».
Ambas exposiciones fueron seguidas por un espacio dedicado a preguntas y respuestas.

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