El 31 de enero ha finalizado el proyecto de desarrollo rural en Nekemte, en la región de Oromía (Etiopia), financiado por la Generalitat Valenciana.
Tras dos años y medio de implementación y a pesar de la multitud de retos que ha comportado este proyecto (conflictos, cortes de comunicaciones, el COVID-19, etc.), se han alcanzado la mayor parte de resultados esperados y se han podido desarrollar la mayor parte de las actividades previstas.
En el distrito de Sasiga, en la región de East Wellega, el medio de subsistencia es la agricultura mixta y producción ganadera, pero sus niveles de producción eran insuficientes para atender a las necesidades de las familias, que sufrían de inseguridad alimentaria durante varios meses al año.
Más de 8.000 pequeños agricultores y agricultoras se han beneficiado de la implementación de este proyecto, que entre otras acciones, ha paliado la carencia de medios para recuperar las propiedades y fertilidad de los suelos, o para tratar la Tripanosomiasis, una enfermedad del ganado vacuno que reduce las posibilidades del mismo para su uso en la preparación de las tierras de cultivo.
Instituciones públicas locales se han involucrado en la gestión, mediante el seguimiento y evaluación, y la participación en la capacitación de los agricultores.
El proyecto ha incorporado un enfoque de Gobernanza Democrática, garantizando el acceso a los servicios sociales básicos, derechos e igualdad de género.
En el marco del acompañamiento a la contraparte Ethiopian Catholic Church Social and Development Commission (ECC-SDCO)-Nekemte que realiza nuestro expatriado, Gerard Poch, tras la finalización del proyecto, hizo una visita a terreno donde se realizaron discusiones grupales y entrevistas particulares a más de 40 titulares de derechos para evaluar los resultados obtenidos y los beneficios que les ha comportado el programa.
La mayor parte se mostraron agradecidos y destacaron un incremento de su producción agrícola e ingresos en los dos últimos años, gracias a las formaciones en agricultura y ganadería, la provisión de fertilizantes y semillas, la distribución de ganado y el fortalecimiento de las infraestructuras y capacidades de las cooperativas locales y sus miembros.
También destacaron cómo la construcción de las cuatro fuentes ha reportado beneficios como la reducción del tiempo destinado a buscar agua y la mejora de la salud, pues, afirman, contraen ahora menos enfermedades estomacales.