28 febrero, 2024
Mujeres egipcias logran su inclusión social y autonomía económica tras capacitarse y formarse profesionalmente

Nahed Karim Rayan, Mariam Mamdouh Youssef, Baetia Reda Malik y Mariam Heba Moussa son cuatro mujeres egipcias que viven en la región del Alto Egipto, que presenta uno de los mayores índices de pobreza de este país africano. Esta situación de precariedad castiga especialmente a las mujeres, que ven cómo la creciente desigualdad entre géneros hace disminuir sus oportunidades de empleo e ingresos y, consecuentemente, reduce su presencia y participación en la vida pública.  

En este contexto, Nahed, Mariam, Baetia y Mariam han tenido la oportunidad de participar en un proyecto orientado a promover su autonomía económica y dotarlas de las capacidades profesionales y sociales necesarias para facilitar su acceso al mercado de trabajo, incluyendo las opciones del autoempleo y el emprendimiento, así como su participación en los espacios públicos de toma de decisiones. Esta iniciativa, que la Fundación Promoción Social desarrolla en la región en colaboración con el socio local AUEED (Association of Upper Egypt for Education and Development) y con la financiación de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), finaliza el próximo 31 de marzo.  

Mediante el acceso a la capacitación desarrollada en el marco de este proyecto, estas cuatro mujeres pueden mejorar su situación personal y económica, así como las de sus familias. Todas ellas vivían situaciones muy complicadas de precariedad, con varios hijos a su cargo y una economía familiar bastante perjudicada por el contexto económico de crisis y por los insuficientes ingresos que aportaban sus cónyuges. A este hecho, además, se sumaba su baja o escasa capacitación para poder acceder a un puesto de trabajo o, incluso, emprender su propio negocio.  

Al acceder a un programa de formación en sastrería y costura, desarrollado en el marco de este proyecto en distintas ciudades de la región, Nahed, Mariam, Baetia y Mariam han adquirido nuevas habilidades para sumar una fuente de ingresos más a sus respectivas familias y, así, poder mejorar sus condiciones de vida y las oportunidades de futuro a sus hijos.  

 

 

En el caso de Nahed (35 años y 3 hijas), acceder a esta formación supuso una oportunidad para aprender y comenzar a coser para ella, su familia y amigos, lo que le permitió obtener unos ingresos adicionales. Además, su maestría y tesón le condujeron a ser contratada en un taller como sastre y costurera, por lo que, actualmente, Nahed compatibiliza estas dos actividades profesionales, sintiéndose muy satisfecha con su desarrollo personal y profesional y soñando con poder ampliar sus capacidades y diseñar sus propias prendas.  

 

 

 

Por su parte, Mariam Mamdouh Youssef (34 años y 3 hijas) se vio abocada a una difícil situación económica personal y familiar cuando, por razones de salud, tuvo que abandonar su anterior trabajo en una farmacia. Sin embargo, gracias a su participación en el programa de capacitación pudo aprender y adquirir rápidamente técnicas avanzadas de costura y formación en reciclaje, creando nuevas prendas y otros objetos textiles a partir de ropas viejas y retales. Su esfuerzo por aprender y su capacidad creativa le hacen sentir orgullosa de su trabajo y sus creaciones, además de comenzar a recibir pedidos. De cara al futuro, Mariam confía en poder ampliar su proyecto de sastrería para crear más productos y, así, seguir contribuyendo a mejorar la calidad de vida de su familia y el futuro de sus hijas. 

 

 

La historia de Baetia (36 años y 3 hijos) y Mariam Heba Moussa (28 años y 2 hijos) también es digna de admiración. Ambas se conocieron primero en un curso de alfabetización de AUEED, en el aprendieron a leer y escribir, pues eran analfabetas. Después, volvieron a coincidir en los programas de formación de sastrería, reciclaje y producción de uniformes, que desarrollaba la AUEED en el contexto de este proyecto. Tras estas múltiples coincidencias y, además, siendo vecinas, decidieron comenzar a colaborar. Actualmente, trabajan conjuntamente en los pedidos que les encargan sus vecinos y familiares. Ambas comparten sus gastos y beneficios, lo que les ha permitido mejorar la economía de sus hogares, especialmente para Mariam, que es viuda. Las dos aspiran a dedicarse a tiempo completo a su profesión, alcanzar un nivel profesional más alto y ampliar su proyecto para, así, poder ofrecer a sus hijos una educación y una vida llena de oportunidades que, hasta entonces, ellas no habían tenido.  

Este proyecto pone de manifiesto el compromiso de la Fundación Promoción social con el impulso del trabajo decente y desarrollo económico en Alto Egipto, prestando especial atención a los sectores de la población que son más vulnerables. Además, en esta región desarrolla también un convenio para promover alternativas económicas y sociales sostenibles en el sector del turismo, poniendo el foco en las mujeres y los jóvenes. Esta última iniciativa la lleva a cabo también gracias al apoyo financiero de la AECID y con la colaboración de AUEED, Enroot y Knowledge Economy Foundation (KEF) como socios locales. 

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