28 mayo, 2014
Personal de la Sección de Coordinación de Financiación de OCHA de Nueva York visitan el proyecto para mejorar las condiciones de los refugiados sirios con discapacidad y jordanos vulnerables

El pasado 12 de mayo, Shoko Arakaki, Jefa de Sección, y Juan Chaves-Gonzalez, Responsable de los Asuntos Humanitarios, de la Sección de Coordinación de Financiación de OCHA en Nueva York, junto con personal de OCHA en Jordania, visitaron las actividades realizadas por FPSC y AHS en Ramtha, para mejorar las condiciones de los refugiados sirios con discapacidad y jordanos vulnerables. El proyecto, desarrollado también en Karak y Ma’an, ha contado con la financiación del fondo ERF de OCHA

La comitiva conoció de primera mano la clínica donde se prestó ayuda, entre otros, a dos beneficiarios del proyecto:

Raneem: una niña siria y su sueño

Raneem Ahmad Yaseen es una niña de 14 años que nació con espina bífida. Llegó a Jordania con su familia desde Siria. Como cualquier niña de su edad, tiene muchos sueños, pero se queda en casa todo el día ayudando su madre en algunas tareas domésticas básicas, con la ilusión de que en un futuro su ayuda pueda ser mayor.

Raneem tiene un solo deseo: dormir sola cómodamente en la cama. Desde su llegada a Jordania, ha estado durmiendo en el suelo, y en consecuencia ha sufrido dolores fuertes en su espalda y en sus pies, debido a su malformación. Su deseo era tener nueva cama que le permitiese sentarse y trabajar libremente sin asistencia ni ayuda.


Después de la primera evaluación en el Centro de Salud Takaful en Ramtha (cerca de la frontera Siria-Jordania), un equipo técnico de FPSC, que incluía un fisioterapeuta y un terapeuta ocupacional, concluyeron que la mejor solución para Raneem, como única vía para hacer su sueño a realidad, era una cama médica. Después de proporcionársela, junto con un colchón médico, Raneem afirmó: “Estoy muy contenta. Creo que ésta va a ser la primera noche en mi vida en la que voy a poder dormir cómodamente y estoy segura de que esto aumentará mi confianza”.

Además, Raneem recibió una silla de ruedas adecuada a su caso, con fin de ayudarle a trasladarse y permanecer sentada durante largo tiempo. Su madre dijo: “Con la ayuda de OCHA, FPSC y su equipo técnico, su estilo de vida ha cambiado; ahora es capaz de dormir como las personas de su edad y moverse sola. Gracias a estas organizaciones, ahora se enfrenta a menos complicaciones en su vida y ha empezado a vivir normalmente”.

Raneem y su familia están muy agradecidos a este proyecto de ayuda material y psicológica, en particular a la distribución de ayudas para la movilidad personalizada.

“Gracias, porque habéis hecho mi sueño realidad”, dijo Raneem.

Mohammad Khairibarhim

Mohammad perdió sus miembros inferiores a causa de la guerra de Siria. Desafortunadamente sus heridas fueron muy graves y los médicos no pudieron salvar sus piernas. Después de la amputación se veía a sí mismo como un cuerpo muerto, sin posibilidad de andar, ni de ir a trabajar, ni, incluso, hacer acciones tan simples como ir al baño o moverse por la casa sin ninguna asistencia. Se sentía inútil y sin ningún objetivo: “Me hubiera gustado morir mil veces; mi vida se volvió triste y oscura después de perder mis piernas”.

De pronto, oyó hablar de un lugar donde se prestaba ayuda a las personas con discapacidad, y donde los refugiados podían recibir asistencia médica y ayudas para la movilidad, como las prótesis. De pronto empezó a pensar que quizá pudiera usarlas; empezó a imaginar su vida con estas ayudas, ser independiente otra vez y algún día, incluso, trabajar.

Fue a “Centro de Salud Al Takaful” en Ramtha, norte de Jordania, y se sorprendió cuando le atendió una persona con discapacidad, empleado en el equipo técnico FPSC; una nueva esperanza comenzó a crecer, y empezó a creer que quizá estas personas podrían ayudarle.

Durante la evaluación, le tomaron medidas para la prótesis y finalmente, el día de de la distribución, probó sus nuevas “piernas”. Sus primeros pasos fueron con asistencia, pero poco a poco empezó a andar solo: “Utilicé las piernas y me levanté, y de pronto estaba andando otra vez; era como si mi vida hubiese vuelto a mí, como si Dios me hubiera bendecido”.

“Mi primer penasmiento fue el de volver a Siria y a mi vida normal, pero lo más importante para mí ha sido aliviar a mi esposa de cargas, ya que, por mi condición, estaba sufriendo mucho más que yo». Mohamad está muy agradecido al equipo especializado de AHS, a OCHA y a FPSC, por permitir que su sueño se haya hecho realidad.

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