La desnutrición es un grave problema que afecta a las comunidades rurales de Guatemala.
Para hacerle frente, la Fundación Promoción Social, en consorcio con Fundación para el Desarrollo Integral (FUDI) y Food for the Poor, y con la financiación del Ayuntamiento de Madrid, ha desarrollado durante 12 meses un proyecto con enfoque múltiple dirigido a la población vulnerable de etnia kaqchikel en Joya Grande, en especial a niñas y niños menores de 5 años.
Así, se han realizado actividades para incrementar la disponibilidad de alimentos, trabajando de forma conjunta con las mujeres y los hombres y con el MAGA (Ministerio de Agricultura y Alimentación) cuya participación ha contribuido a la sostenibilidad del proyecto. Mediante la capacitación en buenas prácticas agrícolas, en la elaboración de pilones y en las tres cadenas de valor -vegetales, hongos-ostra y proyecto avícola (pollos y huevos)-, se ha promovido la atuonomía de la población para su acceso a alimentos ricos en nutrientes, además de fomentar el ahorro al no tener que comprar estos productos y, por ende, poder destinar sus recursos a otros gastos como salud o educación. Por otra parte, la venta de excedentes ha contribuido a la generación de ingresos, que se han incrementado en un 25% entre las 130 familias participantes.
También se ha trabajado en la mejora nutricional de la población infantil, a través de estas líneas de actuación: jornadas médico-nutricionales (con evaluaciones antropométricas), suplementos vitamínicos y estimulación temprana, obteniendo unos logros positivos. Todo ello, con un acompañamiento muy cercano a través de las visitas domiciliares que igualmente han dado seguimiento a la promoción de buenas prácticas higiénico-sanitarias. Tras estas medidas, el 67% de las y los menores de 5 años ha mejorado su estatus nutricional, superando los resultados previstos.
El enfoque múltiple del proyecto se ha reforzado con la creación de 6 Juntas Directivas formadas por las mujeres de la comunidad, contribuyendo a su empoderamiento e igualdad. Mediante las mismas, se han constituido en portavoces y tomadoras de decisiones de los aspectos vinculados a las actividades desarrolladas, haciendo visible su aportación y participación activa ante la comunidad. La parte comunitaria y asamblearia ha sido muy relevante también en las capacitaciones impartidas a través de talleres, contando con el apoyo de la Defensoría de la Mujer Indígena.