El pasado 3 de junio de 2018, el Volcán de Fuego de Guatemala entró en erupción, causando la muerte de 110 personas, aunque la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastre (CONRED) estima en 1.714.373 el número de personas que se han visto afectadas por este desastre natural.
Las comunidades más perjudicadas son Aldea San Miguel Los Lotes, Candelaria, La Reinita, Aldea El Rodeo.
Prácticamente la totalidad de la población ha perdido su hogar y pertenencias, y se encuentra en situación de extrema vulnerabilidad. Además, la cobertura de emergencia es ineficaz, lenta, de escasa envergadura y desorganizada, según los propios damnificados. De hecho, ya se ha denominado esta tragedia como “La erupción del volcán de los pobres”.
Ante esta situación, la intervención diseñada pretende actuar en torno a las siguientes prioridades:
1. Seguridad alimentaria: Entrega quincenal de kits con alimentos básicos para cubrir las necesidades de 75 familias (aproximadamente, 6 miembros por familia). Dado el alto porcentaje de niños, este kit está enfocado a una alimentación nutritiva.
Las entregas de víveres se realizarán mensualmente en las instalaciones de la parroquia San Juan Bautista.
Asimismo, se prevé la entrega de un kit de cocina para las 75 familias.
2. Agua, saneamiento e higiene: Entrega de dos kits de higiene (mensuales), uno enfocado en higiene personal y otro para el hogar. También se entregará un filtro de agua (Ecofiltro) que, además de proteger contra los microorganismos, elimina del agua los materiales pesados y gases provocados por la erupción del volcán a los que se ve expuesta.
3. Continuación educativa de emergencia (nivel básico): Entrega a 125 niños de un kit básico de útiles escolares, para volver a generar hábitos de estudio.
El Centro de Capacitación para la Mujer artesana “Las Gravileas” -como institución que realiza y promueve el servicio social- liderará esta intervención, en coordinación con la Parroquia San Juan Bautista de Alotenango. Personal de ACOE ha podido constatar su buena organización, bajo el liderazgo del párroco Tereso Chocoyo, que coordina y dirige a un grupo de voluntarios muy comprometidos, y presta su apoyo cubriendo parte de la emergencia, como la alimentación, y localizando e identificando personas y familias damnificadas, su situación y las necesidades a cubrir.