Este precisamente es uno de los objetivos del proyecto «Desarrollo Rural Integrado con enfoque ambiental y de género en East Wellega (Etiopía)” financiado por la Generalitat Valenciana.
La pasada semana se alcanzó un hito en el fortalecimiento del tejido asociativo y las cooperativas con la celebración de un seminario para el intercambio de experiencias entre las cuatro cooperativas que el proyecto ha apoyado desde su inicio.
La promoción de las cooperativas y del tejido asociativo ha permitido la implicación activa de pequeños productores, y en especial de las mujeres, en los recursos productivos y la generación de ingresos. Este impulso se ha conseguido a través de diferentes actividades:
El incremento de la participación de la población rural en las cooperativas agrarias como forma de avanzar en el crecimiento económico inclusivo y sostenible en éste área rural.
La organización de talleres de capacitación sobre la creación y fortalecimiento de principios cooperativos.
El equipamiento y suministro de recursos adecuados para las cooperativas, asegurando una infraestructura mínima y necesaria para el trabajo continuado facilitando el acceso a insumos, a los mercados y a los servicios financieros rurales.
La formación de los comités de gestión de las cooperativas en contabilidad, gestión de stocks y la elaboración de un plan de negocios.
La formación de los agricultores para mejorar los ingresos a través de mejoras en la diversificación y en prácticas agronómicas.
Tras un año y cinco meses podemos constatar que las actividades implementadas empiezan a alcanzar los objetivos y resultados esperados.
El número de miembros de las cooperativas y su capital ha aumentado sorprendentemente contribuyendo a que los beneficios obtenidos repercutan solidaria y comunitariamente.
Desde 2017, un año antes del inicio del proyecto, las cuatro cooperativas han incrementado su capital en un 84%. Durante ese mismo periodo los miembros de la cooperativa han aumentado de 166 a 303 miembros.
En cuanto a la participación de las mujeres en las cooperativas, su número ha aumentado de 35 a 93 en la actualidad. El porcentaje de mujeres en las cooperativas se ha incrementado desde el 20% al 31 %, teniendo ahora una mayor visibilidad y participación en los órganos de toma de decisiones de las cooperativas.
Además, la estrategia implementada para dotar de recursos a los titulares de derechos ha fortalecido la relación mutua entre las cooperativas y sus miembros minimizando el síndrome de dependencia y maximizando la autoconfianza financiera de los agricultores donde sus cooperativas también se están fortaleciendo financieramente.
Esta estrategia consiste en que los agricultores beneficiarios de un servicio del proyecto, a través del suministro de semillas, fertilizantes y/o animales, deben devolver el 50% del costo del servicio del proyecto a las cooperativas de la que son miembros.
Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, objetivo final del proyecto, estas actuaciones de promoción de las cooperativas y del emprendimiento, han impulsado la generación de ingresos de la población rural, contribuyendo a reducir su vulnerabilidad.