El 14 de marzo tuvo lugar en la sede de FAO el seminario “Agricultura diversificada y sostenible a la luz de la Laudato Si’”, organizado por el Foro de ONG de Inspiración Católica de Roma, de cuyo Comité Ejecutivo forma parte Promoción Social.
La presentación del Seminario corrió a cargo de Vincenzo Conso, coordinador del Foro de Roma. A continuación intervinieron Daniel Gustafson, Vice Director General de la FAO; S.E. Mons. Silvano Tomasi, del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral; Prof. Vincenzo Buonomo, Misión Permanente de S. Sede ante FAO, IFAD, PAM; y Luigi Sbarra, Secretario General de FAI-CISL. Concluyó el seminario Mons. Fernando Chica Arellano, Observador Permanente de la S. Sede ante FAO, IFAD, PAM.
Daniel Gustafson argumentó que la encíclica es muy importante porque nos da una idea en profundidad del desafío que caracteriza nuestra era, renovando la mejor tradición de la Doctrina Social Católica que siempre ha planteado y exigido respuestas a la pregunta central que subyace de cada momento de la historia, comenzando por la «justicia social» con la Rerum Novarum, de León XIII (1891).
Hoy en día este reto es la «cuestión ambiental» que, leído en su vínculo indisoluble con el «desarrollo humano integral», lleva al Santo Padre a hablar de la ecología integral. Un compendio de información, análisis y consideraciones que vinculan los temas del cambio climático con los de la seguridad alimentaria (FAO) y la lucha contra la pobreza. Temas que la comunidad internacional está tratando de abordar con el «Acuerdo Climático» aprobado en París en 2015 y con los objetivos de la «Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible».
Como también subrayó Mons. Silvano Tomasi, el centro de este compromiso puede definirse por la voluntad de mirar el medio ambiente y el desarrollo humano sin que nadie ni nada se quede atrás, y luego mirar de manera concreta a la persona y al planeta, donde los problemas y las soluciones están siempre conectados.
Es necesario un mercado capaz de responder a las dimensiones «éticas» (mercado ético). La encíclica destaca y critica la relación entre un cierto tipo de innovación tecnológica y la manipulación del mercado que no es capaz de resolver problemas. Existe una falta de voluntad política contra la que se promueve este debate internacional para suscitar un cambio cultural.
En este contexto, una «agricultura diversificada» es esencial para la sostenibilidad, según las indicaciones desarrolladas para lograr la seguridad alimentaria y la lucha a la pobreza en las zonas rurales, y que han subrayado el papel central de la transformación de la agricultura familiar para responder a todos estos desafíos, creando una nueva economía cuyo fundamento son los seres humanos.
Estos argumentos también los comparte Luigi Sbarra, que recordó que tenemos que considerar la tierra como un préstamo de nuestros hijos, que en el sector agroalimenticio solo se puede hablar de desarrollo si es sostenible, porque en caso contrario no se trata de un verdadero desarrollo, y finalmente, que es necesario un pacto inter-generacional a nivel territorial y nacional.
Durante el debate se ha subrayado que se habla mucho de sostenibilidad, pero que principalmente existe a nivel teórico en los libros; actualmente faltan políticas y financiación para que sea realmente efectiva. Igualmente, a pesar de tener recursos y tecnologías para resolver el problema del hambre, esta cuestión no solo sigue irresuelta, sino que la malnutrición ha aumentado, y los conflictos se están multiplicando, haciendo dramáticas muchas situaciones.
Mons. Fernando Chica Arellano ha concluido el Seminario defendiendo la necesidad de mantener una actitud realista, y en consecuencia evidenciar cómo el desafío de la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” ya está perdido, a pesar de existir respuestas y recursos adecuados, pues no hay auténtica voluntad para implementarlos. De hecho, no se ha encontrado un acuerdo para financiar el desarrollo a través de los 17 objetivos y los 196 subobjetivos. Sin embargo, no hay que fijarse solamente en las cosas que no han funcionado y en sus riesgos: en efecto, se ha activado una reacción cultural que se traduce en numerosas obras, que son claramente identificables gracias a la difusión de buenas prácticas y a la realización de micro proyectos que testimonian una capacidad de acción “de abajo arriba”. Se necesitan conciencias formadas, y no solamente informadas, para construir estas obras con muchos ladrillos, que constituyen también un ejemplo de la importancia de nuestra vida en este mundo. Mons. Chica ha mostrado su agradecimiento al Foro de Roma y a su coordinador, porque constituyen una ayuda preciosa para proseguir en este compromiso.