11 junio, 2024
Trabajar por el desarrollo rural sostenible como palanca para garantizar una alimentación saludable en Cutervo, Perú

En Perú, se estima que alrededor del 30% de la población vive en condiciones de pobreza. En este contexto, el desarrollo sostenible del ámbito agrario se vuelve una necesidad imperiosa para hacer frente a esta precariedad y a la vulnerabilidad que sufren la mayor parte de las comunidades rurales del país.

Con el objetivo de mejorar la resiliencia y fortalecer las capacidades de estas comunidades, desde la Fundación Promoción Social llevamos más de tres años trabajando en el Departamento de Cutervo, en Cajamarca, en colaboración con ESCAES y con la financiación de la Generalitat Valencia.

Así, a finales de este mes de junio finaliza el proyecto que estamos llevando a cabo en la microcuenca de Chipuluc, pero continuamos con nuestro compromiso con el desarrollo rural sostenible en Cutervo a través de un nuevo proyecto que iniciamos, hace apenas unas semanas, en la vecina microcuenca de Cullanmayo.

En el marco de ambas iniciativas, hemos adoptado un enfoque medioambiental integral a la hora de implementar las acciones y prácticas de desarrollo agrícola y rural sostenible. En concreto, estas están relacionadas con el manejo del agua y del suelo, la introducción de nuevos cultivos y la adopción de nuevas tecnologías agropecuarias que permitan mejorar la producción y la productividad agrícolas de estas comunidades.

De esta forma, los hombres y las mujeres participantes están consiguiendo garantizar la alimentación adecuada y sostenible de familias, al tiempo que, incluso, son capaces de diversificar sus fuentes de ingresos a través de la comercialización de los productos que generan.

La experiencia de Segundo Félix

Segundo Félix Humán pertenece a una de las comunidades de la microcuenca de Chipuluc, en las que se ha implementado el proyecto que finalizará próximamente. Antes de participar en este proyecto, cuenta que el estilo de vida era muy diferente y mucho menos saludable que el que han adquirido gracias a su participación en la iniciativa.

“Del cuidado y la crianza de los hijos solo se ocupaban las esposas, los cuyes se criaban en las cocinas, se preparaba la comida en tulpas y el humo que se generaba en las casas perjudicaba nuestra salud” recuerda Segundo Félix, quien además explica que los residuos que se generaban se arrojaban directamente y sin distinción en las granjas y en los caminos.

Gracias a las capacitaciones y el apoyo recibidos en el marco de este proyecto, las condiciones de vida de familias como la de Félix Segundo ahora son mucho mejores. “Hemos aprendido nuevas técnicas agroecológicas, hemos logrado mejorar la calidad de nuestros pastos, hemos construido galpones para criar cuyes, gallinas y producir humus de lombriz…” destaca entre los logros alcanzados.

Además, indica que las familias participantes también han conseguido mejorar sus cocinas para preparar los alimentos en condiciones más saludables y sostenibles, así como han logrado instalar sistemas de riego por aspersión en los cultivos que les permiten gestionar mejor el agua y llegar a producir hasta tres cosechas por año.

En definitiva, destaca que “ahora tenemos alimento suficiente y podemos vender los excedentes que generamos, lo que nos permite contar con más ingresos destinados a la alimentación, la salud, el vestido y la educación de nuestros hijos”.  “Todo lo que hemos aprendido lo compartimos con las familias de la comunidad y de las comunidades cercanas” manifiesta comprometido Segundo Félix, ya que espera que todos sus vecinos y familiares también consigan mejorar sus condiciones de vida a través de la promoción del medio rural sostenible.

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