Cada 25 de mayo se celebra el Día de África, en recuerdo de la creación de la Organización de la Unidad Africana (OUA), en 1963, la cual, años más tarde, pasaría a llamarse Unión Africana (UA) y perseguiría el objetivo de defender los derechos y libertades fundamentales tanto de los países africanos, como de sus habitantes.
En efecto, la ONU considera el continente africano un desafío global, marcado por los índices de pobreza extrema más altos del mundo, la inestabilidad política, la constante amenaza de enfermedades como el ébola o las arduas consecuencias del cambio climático. Además, todo ello se ha visto agravado por el impacto de la pandemia generada por el COVID-19.
Por todo esto, en la Fundación Promoción Social siempre hemos sido conscientes de la urgencia e importancia que tienen todas las acciones destinadas a favorecer e impulsar el desarrollo del continente africano, así como a fomentar la capacidad de resiliencia de sus habitantes. De esta manera, este año hemos continuado nuestro trabajo de cooperación, aumentando nuestros esfuerzos para contribuir a mitigar las consecuencias del COVID-19 y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, “no dejando a nadie atrás”.
Siguiendo esta línea, actualmente estamos desarrollando los siguientes proyectos:
En el marco de nuestro Convenio en Etiopía, buscamos contribuir a la reducción de la pobreza de 5 Woredas en la región Somalí, en un total de 17 kebeles. Para ello, nuestras acciones se destinan a facilitar el acceso de los titulares de derechos a medios que les permitan una vida sostenible y resiliente, así como, a la reducción de las desigualdades de género.
En este sentido, además, hemos puesto en marcha un proyecto en las woredas Miesso y Gumbi-Bordede que tiene por fin fortalecer la resiliencia de las poblaciones rurales de estos territorios frente a los impactos de la pandemia causada por el COVID-19, así como a otras amenazas ligadas al cambio climático. De este modo, se desarrollan líneas de acción dirigidas al saneamiento del agua, al fortalecimiento de las cadenas de valor específicas del sector agropecuario y alimentario y a la capacitación de los ciudadanos en materia de emprendimiento, gestión y prevención ante desastres naturales.
Asimismo, la posibilidad de acceder a una educación es un derecho fundamental que debería estar a disposición de todas las personas del mundo en igualdad de condiciones. Por esto mismo, otra de nuestras tareas fundamentales es facilitar el acceso a esta realidad en el continente africano.
A tal fin, a través del proyecto Karibu Sana, en Kenia, garantizamos educación a niños y niñas de la calle, principalmente del “slum” (barrios marginales) de Kibera, en Nairobi, donde su población reside en chabolas sin agua corriente, sistema de letrinas o electricidad segura.
Para ello, Karibu Sana ofrece becas (matrícula y material escolar), y apoyo a Kwetu Home of Peace -gestionado por las Hermanas católicas de la Inmaculada de Eldoret, que rescatan a niños varones de la calle, de entre 6 y 14 años, para rehabilitarlos y reintegrarlos en la sociedad- y a los colegios de Kibera, Desert Streams of Kibera y Transform School.
Por otra parte, en Uganda, nos hemos centrado en crear un proyecto que permita la transformación económica y social de las comunidades del distrito de Wakiso mediante el empoderamiento de las mujeres y las niñas. El objetivo es proporcionarles educación a través de cursos de alfabetización, capacitaciones profesionales, asesoramiento en materia de higiene, nutrición y salud y sensibilización sobre derechos humanos.