La Fundación Promoción Social celebra el Día Mundial de la Salud 2019, el 7 de abril, abordando el trabajo del Centro Comunitario de Salud Mental (CMHC) en Zahle, que es clave para promover que los refugiados sirios y las personas vulnerables de la población de acogida puedan obtener atención para problemas de salud mental cuando lo necesiten.
La Fundación Promoción Social comenzó a realizar actividades de salud mental en la región de Bekaa en el Líbano en 2015.
Desde entonces, el personal de la Clínica de Salud Mental de la Fundación en Zahle ha atendido a sirios y libaneses, incluidos niños / adolescentes (de 5 a 17 años de edad), que sufrían de una gran variedad de problemas de salud mental. Los niños que están expuestos a situaciones difíciles y estresantes (como la muerte de los padres u otros miembros de la familia, la separación, el desplazamiento, ser testigos de eventos traumáticos, la violencia / conflictos en la familia o la comunidad y la pobreza), así como los niños que nacen con discapacidades, pueden tener problemas de comportamiento o psiquiátricos que requieren apoyo adicional y/ o atención especializada.
Youssra llegó por primera vez al Centro de Salud Mental hace un año después de comenzar a experimentar alucinaciones visuales; su sueño disminuyó y se volvió más irritable; también estaba teniendo problemas para conjugar una oración completa o una frase que tuviera sentido, y su rendimiento disminuyó en la escuela.
Le diagnosticaron esquizofrenia y comenzó a tomar medicamentos suministrados en el centro. En aquel momento, Youssra tenía 14 años y sus padres la sacaron de la escuela y la mantuvieron encerrada en su casa, porque pensaban que su condición los avergonzaba.
Youssra recibió medicación antipsicótica y su caso supervisado de cerca por la psiquiatra y la enfermera de Salud Mental.
Tardó casi 4 meses en estabilizarse completamente, pero a su familia le llevó un año entero adaptarse a esta situación.
Manal, la madre de Youssra, estuvo muy afectada por la enfermedad de su hija. Ya estaba muy estresada por haber tenido que escapar de su hogar y haber tenido que dejar todo atrás, para mudarse a un lugar donde apenas tenía lo suficiente para llegar a fin de mes. La enfermedad de su hija, hizo que Manal estuviera muy triste y ansiosa por el futuro de Youssra, especialmente en ciertos días en los que tuvo un episodio. Esto se tradujo en un mayor enojo y comportamiento agresivo con toda la familia.
Manal gritaba a Youssra cada vez que manifestaba un síntoma, ya fuera por su enfermedad o como efecto secundario de la medicación. Solía encerrarla en su habitación durante horas y horas, solo permitiéndole ir al baño. La hizo visitar a todos los Jeques que pudo contactar, con la esperanza de que su enfermedad fuera una aflicción y pudiera curarse mediante la oración y las prácticas sagradas. Cuando nada funcionó, finalmente cedió al consejo de su case manager y comenzó a hacer caso a la psico-educación proporcionada por Mona.
Además, Mona inscribió a Manal en sus Sesiones de Grupos de Apoyo Comunitario, en las que conoció a otros cuidadores de pacientes diagnosticados con un trastorno psicótico. Esto ayudó a Manal a sosegarse y aprender no solo en las sesiones, sino también de las experiencias de otros cuidadores sobre cómo tratar a los miembros de la familia, y qué síntomas buscar que podrían advertir sobre un próximo episodio.
Manal mejoró rápidamente y se relajó, también comenzó a cuidar de su familia de nuevo. A Youssra se le permitió salir de la casa (no regularmente, o libremente, o sola), pero se consideró una mejoría. Comenzó a ayudar a su madre nuevamente con la casa y cuidando a su hermano de 9 años, Wassim.
Wassim durante estos pocos meses también se vio muy afectado por el comportamiento errático de su madre. Él se despertaba durante la noche y la veíaobservándole, siempre lo estaba mirando, observándole dondequiera que fuera o lo que fuese que hiciera. Siempre preguntándole si veía a alguien en la esquina de la habitación, si escuchaba voces que no existían. No le dejaba ir a jugar con sus amigos cuando no podía acompañarle … Después de un tiempo, Wassim comenzó a mojar la cama durante la noche unos pocos días al mes, lo que comenzó a aumentar para convertirse todos los días.
Mona puso a Wassim en manos de Marwa, nuestra senior case manager , que trató su caso. El psicoterapeuta le diagnosticó que tenía enuresis, un trastorno de eliminación. Antes de recomendar a Wassim para psicoterapia, Marwa remitió el niño a un médico de cabecera (médico general) para que lo examinara y eliminara cualquier causa orgánica de enuresis. Después de ser examinado y de realizarse todas las pruebas requeridas, se concluyó que la causa principal del problema era psicológica y requería terapia.
Wassim continuó visitando al terapeuta que trabajó con él para resolver la actividad estresante subyacente que estaba causando la enuresis. Ambos cases managers, Marwa y Mona, también trabajaron con la madre y el niño en algunas técnicas de modificación de la conducta para ayudar en el caso del niño, como restringir los líquidos a partir de varias horas antes de ir a la cama, despertar a Wassim por la noche para usar el baño y dar un refuerzo positivo a noches secas y ser comprensivo y amable las noches húmedas.
Las cosas iban bien, pero los síntomas en toda la familia todavía se veían, la tensión estaba presente entre la pareja, Wassim todavía tenía algunas «noches húmedas», y Youssra seguía recayendo, a pesar de que mantenía su medicación y seguía el tratamiento. Al discutir el caso con todo el equipo y el Asesor Técnico, se sugirió tener una sesión de terapia familiar.
Durante la sesión familiar, se vio que la madre todavía estaba muy ansiosa y que su comportamiento mantenía a todos alarmados. «Siento que no puedo respirar a veces. Ella me ahoga», dijo el esposo. «Yo, al igual que mi hermano pequeño, sentimos que estamos en una prisión. No podemos respirar sin que ella corra hacia nosotros y nos vigile o espere a que tenga un episodio. Lo juro por Dios, creo que se relaja cuando tengo una recaída, como si ella no tuviera que esperar a que ocurriera un desastre. Al fin está aquí «.
Manal fue remitida a psicoterapia, y el psiquiatra también le recetó algunos medicamentos por su elevada ansiedad. Actualmente lo está haciendo mucho mejor y se refleja bien en la familia.
El último episodio de orinarse en la cama de Wassim fue hace 8 semanas, y Youssra se registró en la escuela nuevamente. Está aprendiendo a controlar su enfermedad y cómo reconocer los síntomas de que podría estar teniendo un episodio, para informar directamente a su administrador de casos y al psiquiatra. También ha vuelto a escribir poemas como un medio para expresarse. Ella sabe que tiene un camino muy largo y difícil por delante y que su diagnóstico de esquizofrenia la fortalecerá de alguna manera, pero aún tiene que descubrir cómo.
Desde el comienzo del proyecto MADAD: «Reducir las barreras económicas para acceder a los servicios de salud en el Líbano (REBAHS) de la UE en marzo de 2018, 98 niños / adolescentes (35 niñas y 63 niños) han sido evaluados y tratados en la Clínica de Salud Mental en Zahle con enfermedades que incluyen: discapacidad intelectual, epilepsia, autismo, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) , trastorno de conducta, problemas de aprendizaje (como dislexia), esquizofrenia, trastorno de estrés postraumático y trastorno de adaptación.
El proyecto está financiado por la Dirección General de Vecindad y Negociaciones de Ampliación (DG NEAR) de la Comisión Europea y se basa en el objetivo general del Fondo Fiduciario Regional de la Unión Europea en Respuesta a la Crisis Siria (“Fondo MADAD”) de responder a las “necesidades de los refugiados de Siria en los países vecinos, así como de las comunidades que acogen a los refugiados y sus administraciones, en particular en lo que respecta a la resiliencia y la pronta recuperación”.