Carla, de 39 años, está casada y tiene 2 hijos, una niña de 8 años y un niño de 3.
Antes de verse obligada a abandonar Siria, era profesora de francés, pero dejó de trabajar hace 5 años.
Vino a la clínica de Salud Mental de la Fundación en Zahle, Valle de la Bekaa, porque no podía dormir, su apetito había aumentado, había perdido interés en las actividades con las que solía disfrutar, discutía con las personas cercanas, especialmente con su suegra, y no podía soportar a sus hijos ni realizar las tareas cotidianas. Además, había experimentado durante toda su vida episodios de cleptomanía.
Ante estos síntomas, el psiquiatra le prescribió la toma de medicamentos para ayudarle a dormir por la noche y tratamiento de psicoterapia.
Durante las sesiones de psicoterapia, hablaba sobre malas experiencias laborales que minaron su autoestima y que le condujeron a dejar de buscar oportunidades de trabajo. Se sentía culpable porque no podía cuidar de sus hijos y siempre estaba tensa. Su situación afectaba también a su relación íntima con su marido. Tendía a compararse con otras personas que la rodeaban, e incluso de las redes sociales, especialmente celebridades, creciendo en ella una percepción ideal sobre la vida de los otros, y atribuyendo su felicidad al dinero que poseían.
Los objetivos de la terapia fueron, primero, trabajar la relación de Carla con sus hijos y encontrar maneras de gestionar mejor su convivencia. Segundo, trabajar su autoestima para alentarla a encontrar trabajo y mantenerlo, y desarrollar habilidades interpersonales para poder defenderse cuando fuera necesario. El tercer objetivo fue conseguir que tuviera una visión más realista de la vida de otras personas.
Carla se mostró siempre colaborativa y motivada, y nunca se perdió una sesión.
Cuatro meses de trabajo conjunto mejoraron muchos aspectos de su vida: dormía mejor (el psiquiatra pudo ir disminuyendo la dosis de su medicación); mejoró la relación con sus hijos y disfrutaba pasando tiempo con ellos; empezó a caminar por las mañanas y a hacer sus tareas diarias. Con ello, empezó a perder peso y dejó de obsesionarse por la comida, mejorando así su autoestima. La relación con su esposo también experimentó una mejoría, al igual que con su suegra, y comenzó a tener amigos en el vecindario.
Antes de de su última sesión, Carla había encontrado un trabajo de docente a tiempo parcial.
Este caso pone de manifiesto la importancia de la psicoterapia. El objetivo no es lograr una vida perfecta, ya que eso no existe, y por lo tanto es algo inalcanzable, sino valorar las cosas que tenemos y tratar de construir la mejor versión de nosotros mismos.
El trabajo en la Clínica de Salud Mental se realiza en el marco del proyecto “Reducir las barreras económicas para acceder a los servicios de salud en el Líbano (REBAHS Líbano)” que desarrolla en consorcio con sus socios International Medical Corps UK (IMC) y Première Urgence Internationale (PUI). El consorcio trabaja para mejorar el acceso a servicios de calidad en atención primaria sanitaria, salud comunitaria y servicios de salud mental para refugiados sirios y otras poblaciones vulnerables en Beirut y Monte Líbano, Akkar, Trípoli, Bekaa y el Sur en estrecha coordinación con el Ministerio libanés de Salud Pública (MoPH).
El proyecto está financiado por la Dirección General de Vecindad y Negociaciones de Ampliación (DG NEAR) de la Comisión Europea y se basa en el objetivo general del Fondo Fiduciario Regional de la Unión Europea en Respuesta a la Crisis Siria (“Fondo MADAD”) de responder a las “necesidades de los refugiados de Siria en los países vecinos, así como de las comunidades que acogen a los refugiados y sus administraciones, en particular en lo que respecta a la resiliencia y la pronta recuperación”.