21 marzo, 2020
Aumento de la capacidad de acceso al agua y adaptación al cambio climático de la población rural en Palestina y Etiopía

Como todos los años, el 22 de marzo, Promoción Social se une a la celebración del Día Mundial del Agua.

Este año la celebración tiene lugar en el contexto de la crisis originada por la pandemia del coronavirus y Naciones Unidas apela a la responsabilidad, seguridad y solidaridad de todos.

Esta edición se centra en el binomio agua y el cambio climático, y cómo el uso que hagamos del agua puede ayudar a reducir las inundaciones, las sequías, la escasez y la contaminación, así como a combatir el cambio climático.

El agua es un componente clave en los dos convenios, financiados por AECID que desarrolla actualmente en Etiopía y Palestina.

En Etiopía los efectos del cambio climático y los desastres naturales, así como los conflictos internos, limitan el acceso de la población rural a los recursos y las capacidades que les permitan hacer frente a las hambrunas recurrentes.

Fundación Promoción Social, en el marco de su convenio, en consorcio con la ONG Rescate, y de la mano de sus dos socios locales ECC-SDCOH y Havoyoco, trabaja en la región Somalí para que la población vulnerable, y especialmente las mujeres, tengan acceso a agua potable, así como para sus explotaciones agrícolas y pastoralistas. Además se combate el cambio climático y los desastres naturales a través de la recuperación de forma sostenible del medio ambiente local mediante la disminución de la erosión, con medidas físicas, biológicas y mecánicas.

En muchas áreas de Etiopía, las mujeres y las niñas son responsables de recolectar agua para la familia. Muchos de los puntos de agua están lejos de las aldeas, por lo que las niñas tienen que caminar muchas horas, lo que les dificulta asistir a la escuela.

Esto fue lo que se puso de manifiesto en una reciente actividad en el kebele Kerransa, del woreda South Jijiga, de muy difícil acceso  y de los más alejados de la zona de intervención.  

Cuando hicimos una discusión grupal pusieron de manifiesto que el agua era el principal problema tanto para las mujeres como los hombres del kebele. Durante la temporada seca  las mujeres y niñas dedican seis horas de  media al día para ir a buscar agua y volver.  La escasez de agua es tal que se ve que incluso había niños que habían tenido algún accidente con babuinos por el uso del agua.

Ese mismo día realizamos un estudio geológico con el gobierno regional y el ingeniero de aguas.  Se realizó un estudio técnico y la probabilidad de encontrar agua entre 50 a 100 metros de profundidad era muy alta.

Un mes más tarde, se contrató una perforadora para pozos, y se encontró agua a 60 metros de profundidad, para júbilo de toda la comunidad. Los hombres rápidamente crearon abrevaderos naturales de agua para el ganado.   La instalación de todo el sistema de bombeo para una fuente de agua permitirá crear abrevaderos,  lavaderos y sistemas de irrigación  el agua ya esta disponible y va a permitir a las mujeres y niñas ahorrase 6 horas andando al día  y al ganado recorrer menores distancias lo que ve a permitir a  toda la comunidad  – al menos 350 familias ( familia de 6 a 7 miembros de media) – tener más tiempo disponible para otras tareas que van a incrementar sus ingresos.

En Palestina, donde la población experimenta uno de los niveles más altos de escasez de agua en el mundo, el cambio climático aumenta la presión sobre los recursos hídricos y la escasez de lluvias en un régimen de precipitaciones ya escasas. 

Con el convenio, se contribuye a que los titulares de derecho vean aumentada la disponibilidad de acceso al agua para el desarrollo rural, sector clave para acceder a otros derechos con el de la alimentación y el nivel de vida adecuado. 

Se está trabajando en la adecuación de cisternas de recolección de agua de lluvia y en la rehabilitación de manantiales y albercas. Y en un futuro inmediato, está planificado rehabilitar sistemas de riego e instalar sistemas de riego por goteo, basados en la eficiencia.

Además, se fomenta la capacidad de adaptación de la población rural al cambio climático y a un entorno adecuado mediante el acceso a energías renovables en términos de innovación y sostenibilidad con la aplicación de la energía solar a técnicas agrícolas vinculadas con el bombeo y la desalinización de agua y la reutilización de aguas residuales.

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